sábado, 4 de marzo de 2023

Julia Trujillo

EL MUNDO DEL TEATRO DESPIDE A LA ACTRIZ JULIA TRUJILLO El martes 27 de agosto de 2013 muere la actriz Julia Trujillo a consecuencia (según fuentes de TVE y EFE) de un derrame cerebral que la mantenía en coma en el Hospital Puerta de Hierro desde hacía dos días. Todos los medios se hicieron eco de la sorpresa que supuso su muerte para la profesión, de su gran figura como actriz y como ser humano y, sobre todo, de su generosidad con los que se iniciaban en el oficio. Personalmente la admiraba, y alguna vez comenté sus trabajos. Recuerdo particularmente uno en la Muralla Árabe, un Jardiel o un Mihura en un verano de Madrid. Desde entonces, la tenía ahí, la veía joven, animosa y cercana, no esperaba que desapareciera tan pronto y tan de repente. Siempre me pareció una gran actriz y, fuera del escenario, una gran persona, sencilla, y accesible. Esto puede sonar a tópico porque muchos lo dirán, pero es cierto. Su dicción era impecable: sin esforzarse se hacía entender con su voz educada, muy femenina, y actuaba moviéndose en el escenario con una naturalidad maravillosa, que, unida a su gran elegancia, hacía que pusiera un sello personal en las obras. Esto también puede parecer un tópico, todos estamos de acuerdo, pero también es la pura verdad. No es de extrañar que Julia Trujillo fuera la preferida de Mihura, el cual, según su propio testimonio, le vaticinó que ella sí viviría del teatro. Y Mihura era Mihura, una máquina para la escena; y a Mihura, lo que es instinto teatral, no le faltaba. La eligió para Ni rico ni pobre sino todo lo contrario, para Melocotón en almíbar, para Tres sombreros de copa. Y ya cuando se realizó para el programa Estudio 1 de TVE Maribel y la extraña familia, ella convirtió la pieza en un éxito antológico de masas por la conjunción en ella de los dos genios: Julia Trujillo y Miguel Mihura. O de tres: También estaba con ellos Juanjo Menéndez, como galán. Ahora que acaba de morir en este agosto caluroso que se extingue con los primeros fríos de las madrugadas, y que aún humea con los rescoldos de Ferias y Festivales, vemos que ella también se ha ido discretamente. Y hay mucha gente que llora su muerte porque se va una de las grandes, sí, pero sobre todo por lo buena persona que era, tan generosa y esforzada por ayudar a los que empezaban. Y el alma de La Casa del Actor, una Fundación que ella luchaba por sacar adelante y concluir así el proyecto fundacional de la misma: Que los actores tengan su casa, un sitio donde se unan la cultura y la protección social. Todavía el viernes 30 de agosto por la noche, días después de su muerte, al recibir un premio en la Gala de Clausura del Festival de Mérida, una de sus mejores amigas, la actriz Silvia Marsó, se lo dedicaba con emocionadas palabras: “a mi mejor amiga, a la mejor que he tenido nunca”. Se adaptaba a los trabajos camaleónicamente, había destacado a Efe esta misma actriz cuando supo su muerte, y allí mismo, en Mérida, recordaba los éxitos que Trujillo logró en dicho Festival, haciendo papeles como Medea o Lisístrata. Ella era toda sensibilidad y además, “enormemente despistada”. Era la persona que más ayudaba a los que empezábamos. La empecé a tratar y a querer cuando trabajé con ella en 'Ni pobre, ni rico sino todo lo contrario', que fue mi primera obra aquí en Madrid. “Fue tan cariñosa, me ayudó tanto" destaca la actriz. Según Rosana Torres en un artículo-obituario publicado en El País y en Noticias Teatrales que no tiene desperdicio titulado Se apaga el empuje de Julia Trujillo, “ella siempre animaba a los jóvenes actores, con los que mantenía un buen feeling. Para ellos escribió en una ocasión: Ahora que iniciáis vuestra andadura, tomad esta profesión con amor y vivir con intensidad todos los roles. No hay nada más real que la irrealidad de un buen texto representado en el teatro.” Todos los periódicos destacan la noticia de su muerte y con palabras elogiosas repasan su trayectoria y los éxitos que jalonaron su entrega a la profesión teatral de la que ella decía que era “bendita”. Así la vivía ella, como un don. Pero hay un blog que emociona sobremanera por lo que tiene de íntimo y respetuoso por parte de alguien que la había conocido apenas las pasadas navidades y en el que había dejado honda huella. Este blog es el de J.J. Alfaya y dice así el mismo día de su muerte, martes 27 de agosto de 2013: Julia Trujillo Moya, hija de actores, comenzó a trabajar en el teatro a los diez años en "Mi abuelita la pobre", de Luis Vargas, con la compañía de Malena Algora, y en "Cancionera", de los hermanos Álvarez Quintero, con la compañía de Vicente Soler y Asunción Montijano. Desde entonces, no ha dejado de trabajar hasta prácticamente la víspera de su muerte en la que ella llamaba bendita profesión del teatro. Su libro autobiográfico En la cuerda floja habla, con lamentable brevedad, de su vida y su trabajo, un relato que, además de datos interesantes, nos revela su sencillez, su humor, su alegría de vivir y su dedicación desinteresada a los demás que se concretaría, en sus últimos 20 años, en la lucha incansable por la construcción de La Casa del Actor, una Residencia que ya tienen ciudades como Nueva York, Londres, París, Buenos Aires, Berlín, Shangai, Los Ángeles, Tokio, Pekín y México, pero no Madrid. Yo, Julia, te conocí en las pasadas Navidades y nunca olvidaré los entrañables momentos pasados en compañía de José María Gutiérrez de la Torre, editor y poeta. Ahora, con tu permiso, necesito llorar porque sí, porque me sale del alma, y aunque sé que nos veremos en otras circunstancias que no me puedo imaginar, me cuesta pensar que te hayas ido así, sin avisar, y que la Trufita* se haya quedado sola, sin que nadie le pueda explicar que ya no vas a volver para cuidarla y sacarla a pasear por los soportales de la calle Orense. *Trufita es la perrita de Julia. Desde los 10 años. Otros dicen que con 14 años. Ella en sus memorias asegura que empezó con La enamorada del Rey de Valle-Inclán en 1968. En teatro, pero también en televisión y en cine, nunca dejó de trabajar. Y de ayudar a los que empezaban, nada celosa de los jóvenes talentos; y de ocuparse de que La Casa del Actor sea una realidad, cosa que murió sin conseguir. Fue así, a fuerza de trabajo y entrega, como hizo suyos a Nieva y Valle-Inclán en el Centro Dramático Nacional. Pero también a otros muchos como Pirandello, Gorky, Bertolt Brecht y Galdós, pues, desde muy joven, formó parte de la Compañía Nacional de Teatro María Guerrero, con la que giró por Europa y América durante 10 años. Casi ninguno de los clásicos se le resistió después de que en 1986, formara con Manuel Canseco, que también fue su pareja sentimental, la Compañía Española de Teatro Clásico, y montaran juntos obras de Calderón (La dama duende, casa con dos puertas), Tirso de Molina, Lope de Vega (La discreta enamorada, El perro del hortelano), José Zorrilla (don Juan Tenorio), Eurípides (Medea, las Troyanas) y Aristófanes. Más tarde, como titular del teatro Lara, protagonizó obras de John Murrell, Salom, Paso, Miras, Mihura o Jardiel Poncela (Cuatro corazones con freno y marcha atrás). También, desde 1988, formó parte de las compañías de Gustavo Pérez Puig, Enrique Cornejo, Francisco Nieva, Justo Alonso y Salvador Collado. Julia Trujillo, que tenía el premio a la mejor Actriz de Habla Hispana de Estados Unidos, entre otros reconocimientos, había trabajado también para cine y televisión. No en vano su rostro fue uno de las más habituales en el popular programa teatral de TVE Estudio 1, y entre 1965 y 1980, llegó a los hogares españoles en cerca de una treintena de obras, como la ya citada Maribel y la extraña familia, de Miguel Mihura o La Discreta Enamorada, de Lope de Vega. "Estaba llena de vida y de planes de futuro", asegura quien declara haber tenido en ella a su mejor amiga, Silvia Marsó. Entre sus últimos trabajos, están Don Juan Tenorio, con Eduardo Vasco; Misericordia, de Galdós y La decente, de Mihura, con Canseco; Nada es lo que parece, con Juan Antonio Quintana, El Tartufo en el Festival de Almagro, así como unos recitales de poesía llamados De Miguel a Miguel, sobre Miguel Hernández, con Manuel GallardoSu última representación fue De par en par, con texto de Indira Páez y dirección de Darío Facal, que se estrenó en el Teatro Fígaro el pasado mes de abril. Según el artículo citado de Rosana Torres, ”Julia Trujillo iba a retomar tras las vacaciones estivales las representaciones de su último trabajo De par en par, versión dramatúrgica de Ileana Simancas, inspirada en los monólogos originales de Mujeres de par en par, de la venezolana Indira Páez, donde Trujillo interpretaba a una madre de las que le enseñaron que el matrimonio era aguante y poco más (...) Al haber estado cuatro años en el Teatro Español con Pérez Puig y Mara Recatero, fue a ésta a quien precisamente “fichó” hace unos meses para que dirigiera El hotelito, de Antonio Gala, una producción de la Fundación Casa del Actor, que se estrenará el próximo 5 de septiembre en el Teatro Fernán-Gómez.” Así ha sido. Y ya preparaba, con Canseco y con Manuel Galiana, nuevos proyectos. Sobre todo, ideaba actuaciones que revitalizaran su plan más querido, el de hacer una realidad La Casa del actor. “Precisamente –sigue Rosana Torres-, para La Casa del Actor, Julia Trujillo estuvo pergeñando con el director Eduardo Vasco un proyecto alrededor de Don Juan Tenorio los pasados meses de junio y julio. Quería no sólo recaudar fondos para La Casa del Actor a fin de revitalizar el proyecto tantas veces frenado por diversas circunstancias, sino también involucrar a numerosos profesionales del teatro y en especial a las nuevas generaciones de actores. Trujillo y Vasco pensaban que La Casa del Actor era un proyecto con el que no estaban involucrados los jóvenes actores, muchos de los cuales desconocen su objetivo fundamental: la construcción de un complejo que combine la dimensión sociocultural y la asistencial cuyo público destinatario son los artistas e intérpretes en general.” ERA EL ALMA DE LA CASA DEL ACTOR Para Beatriz Carbajal, Julia Trujillo lo era todo en el proyecto de La Casa del Actor. Ella era el "empuje, la fuerza, el alma de la Casa", destacó Beatriz Carbajal, quien se mostró emocionada por la gran amistad que la unió con ella. "Nos deja muy huérfanos". Ella era la presidenta de la Fundación de la Casa del Actor, un proyecto varias veces aparcado por los gestores pero que ella retomó con toda su energía y que no pudo ver terminado a pesar de los enormes esfuerzos que le dedicó. De hecho, muchos de los que pasaron por el teatro Reina Victoria para rendirle homenaje han destacado el tesón con el que Trujillo había tratado de que se hiciese realidad ese proyecto. "Me da mucha rabia que se vaya sin que la Casa del Actor esté terminada porque ella era la primera, tenía una energía terrible y una bondad y un amor por esa casa", comentaba Loles León, tras denunciar que los políticos no han "querido" que este proyecto se lleve a cabo. "Se ha ido una gran amiga, una gran actriz y una gran luchadora. Una mujer que quería vivir y una amiga estupenda. Es una gran pérdida", comentaba la actriz María José Afonso sobre Trujillo, una de las protagonistas con Julia Trujillo del programa teatral de TVE "Estudio 1". "Los actores nunca nos jubilamos y si nos jubilan parece que nos maltratan. Si no trabajas parece que te falta algo, es una profesión donde te da mucha energía y ganas de vivir", ha comentado María José Afonso. Una vitalidad que siempre le caracterizó, "hasta el último día", "incluso en las etapas más tristes y desgraciadas de su vida", ha asegurado Manuel Canseco, el que fuera su pareja además de compañero de trabajo. De Julia Trujillo se puede destacar su gran sentido del humor, su generosidad, vitalidad, entrega, en esto coinciden todos: Su buen humor nunca se perdía y no se perdió hasta el final, en sus memorias se puede leer: '¿para qué queremos homenajes si nos los dan siempre después de muertos.'" y éste era ese tono irónico, al que muchos aluden y que caracterizaba a la actriz que durante casi dos décadas formó parte de la Compañía Nacional de Teatro María Guerrero. Y precisamente vitalidad parece que no le faltaba a Trujillo que se despidió de la vida, "como ella siempre había querido, sin darse cuenta", destacó Canseco, quien portaba la autobiografía de la actriz En la cuerda floja, compartiendo así muchas de sus reflexiones con los asistentes a la despedida de la artista. "También ha sido afortunada, ha tenido un adiós rápido y no se ha enterado. Por lo tanto que descanse en paz, que todos vamos a tener que pasar por ese proceso. Estamos de paso", ha destacado la actriz Paca Gabaldón. La idea de La Casa del Actor -concluyo con Rosana Torres- surge en 1982, al ponerse de manifiesto la precaria situación en la que quedaban muchos profesionales al retirarse de la escena pública, debido al tratamiento que tenían los artistas a los efectos del Régimen Especial de la Seguridad Social y su progresiva equiparación al Régimen General, que no se produce hasta 1999. Trujillo estuvo desde los orígenes en 1989, cuando se creó la Asociación Casa del Actor, y en 1996 la Fundación La Casa del Actor, con un patronato compuesto por ella como presidenta y los actores Beatriz Carvajal, María José Alfonso, María Kosty, Manuel Galiana e Iñaki Miramón, como patronos.” Nunci de León Nunci de León

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