sábado, 9 de mayo de 2009

Calle Santa Clara y Julia de Burgos

En el nº 4 de la calle Santa Claar no veo nada de Larra, ninguna placa, y es donde pone, en es mismo número, lo de mis antepasados, es decir, los antepasados de mi calle (Don Pedro) los Álvarez de Toledo que ya en el siglo XV alojaron al rey de Castilla y Don Álvaro el que murió en el Cadalso.
Pero hay días y días, días en que todo me sale bien y días en que, por el contrario, todo sale mal. Finalmente hay otros en que todo se mezcla: Llego aquí hoy sábado a la Alianza Francesa (bendito nombre y bendita Francia de la que sólo recibo beneficios: mismamente el hecho de estar aquí escribiendo sin que nadie me pregunte nada) y me encuentro con un desayuno sobre la mesa. Me ha sentado como un armo de rosas, luego me enteré de que no era para nosotras, que lo habíamos robado, y todavía me sabe mejor. Era para un grupo que hace dramatizaciones aquí en la Biblio, en francés, con lo cual los estoy oyendo después del petit dejeuner. No me puede salir mejor todo. Ahora bien, lo de esat mañana también fue antológico. A las 7 empezó un jaleo de tirar cosas encima y patearme los sesos, luego vinieron las voces: -Tengo que estar allí a las 8 y son la 7 y media. Y vuelta m´s carreras y más a tirarlo todo al suelo y el ruido y la furia -Que me dejes, mamá, déjame Mamá, a mí el tío no me dijo nada, ni la tía tampoco. -Te bajas del autobús el SOL y coges el 51 en la C de San Jerónimo. Es el 51 el que lleva. -Déjame, Mamá. Sigue luego el jaleo ya en la cocina y en el baño alternativamente en uno y en otro. Entonces la veo ya por la calle con una maleta y una radiografía, a esta mujer terrible, penosa y temerosa a partes iguales, que me quiere echar de la casa porque estoy loca! En el homenaje a Julia de Burgos, la poeta puortorriqueña a la que homenajeó la Uni de Ríopiedras (donde enseño JRJ), habla el responsable de la edición de su Pª por La discreta, más una profe de Zúrich Rita Catrina Inbodem, más Awilda Palau, de la Univ de Pto Rico y nt dir de Inst de Cult Puertorriqueña, esto debe ser la pera allí). Nos muestran un homenaje a Julia presidido siempre por la pancarta Aquí hablamos español. Luego tomando un vino, las del Ateneo me dicen que está viva, que fue una de ls que hablaron, casi me vuelvo loca. Digo: Me avergüenza no saber nada de esta mujer: Pues bien maja que es, ¿no tenías la invitación? -Sí, pero no he leído nada de ella, a eso me refiero. -Pues ahí la tienes, bien maja que es la que habló. De locos. Por cierto, un texto de Salvador, Una página en blanco, lo tienen en un manual de español para niños editado por la Edit Panamericana. Impresionante: No les iba a cobrar, aunque me pidieron permiso y a lo mejor esperaban que lo hiciera. Ni de coña. Lo que tenía que hacer el Estado ya lo hago yo, dice mi jefazo.