viernes, 25 de septiembre de 2009

Madrid a tope

La mañana se presentaba dura incluso para mí, al meter el tícket en la ranura del Metro pensé seriamente volverme a casa, meterme en la cama y esperar. No había dormido nada ni con pastillas, el vértigo volvía a cada paso, casi me cago del taburete al desayunar y las vértebras quecreía colocadass en su siti se me salía con sóloo mover las pestañas. E quiropráctico confirmó: Se han salido otra vez, no bajes la cabeza tanto, que es cando se salen. Ah, si esfuera erdad, seríayo el cipre´s de Silos, pero por qué a mí. Me mimó, me masajeó el cuelo hasta hacerme daño, me colocó de nuevo la maldita vértebra mostrándome los ángulos por donde asoma en el lado izdo y se esconde en el dcho, como una clavija de guitarra descolocasa, la guitarra es mi cuelo y mi cabeza, que se van. Luego me hizo el numerito de la camilla donde parece que el cuello se parte del olpe, para que vuelva a susitio. La primera vez que lo hizo, hace ya tres sesiones,me pareció la definitiva, pero conmigo no hay nada que dure, siempre se pueden salir y volver a empezar. Salí nuevaaunque mreada, tenemos que tocar de oído, me dijo, vente el jueves. Buana señal, si me manda el lunes sería mala, pero si te pasa otra vez, venteel lunes, claro. Ando como Frankenstein, pero mis claves empiezan a funcionar. Ayer había mirado las citas del día y me encamin a Lagasca 124 donde no veo nada de lo esperado, un Restaurante donde se iba a degustar la trucha de río las 12 de la mañana. Enfrete y mientras hago tiempo, está el Meliá Los Galgos, hace tiempo pasé ina noche aalí con aquel de Bilbao Luis se llamaba, gastaba como agua y tb como agua era lo demás. Veo el ajetreo, las flechas hacia lo diferentes salones, tb hacia el desayuno Breakfast, pero ahí siempre te preguntan la habitación, únicamente que sea abierto y buffet, o que se vea muy abierto y liberal como en plan rueda de prensa. Nada, una puerta cerrada cierra toda salida al tema. Pero en un rincón, cerca de esa puerta, veo dos servicios de catering de que disfrutan dos grupos de chicas que charlan en grupo y que deben ser de un cursillo, sobran pastas por todos lados, las chicas se van y todo queda abandonado, me atreo con dos pastas y veo que dos camareros, cabizbajos y a lo suyo, empiean a recoger y a barrer, pero aún están lejos, si me sirvo un zumo, puedo pasar por una de las chicas, rezagadas. La falditablanca de fernando me ayuda, parezco una colegiala comoellas, que son profesionaes de una empresa. Los camareros se afanan cada vez mñas cerca y sin decir nada, en una servilletita coloco un pastel divino de frutas dell bosque y me voy andando detrás de ellas, que iban a un salón. Me supo a gloria, qué bueno estaba el pastel. La sgtecita era en O y Gasset INJUVE, una revista obre la salud mental de los jóvenes, todos tienen depresión y stress, como yo, y como mi padre, pero ellos además se ayudan con drogas, alcohol, pastillas... Y las autoridades sn saber qué hacer.Allí nohay catering, cjp lal revista y me vy a la calle con lal última cita en la cabeza: Alcalá 50, Ayto, un cupón de lal ONCE para Marid 2016, lleo tarde a pie siempre, el entorno de la Puertade Alcalá es de arena, polvo sahariano, todo levantado. Está tod hecho una mierda, dice un hispano que hassta ese momento no ha hecho más que escucharme: Le he contado la depre y el stress, de m padre y míos, él me mira entre extrañado y divertido, noss vamos alcanzado por toda la calle Alcalá para abajo, desde Goya a Cibeles, de traca, parecía y Decathlon, llego y sin problemas, sin prensa ni no prensa, entr y para arriba como una más de la ONCE, aunque llego media hora atrde. `Mejor. Aquí sí va a haber catering y del fino, auque escaso, todo est´ya sobre las mesas, dos bandejas de jamón del bueno una de uvas rellenas, otras dos deartaletas, tres mesas e total en ese plan, y un ueso buenísimo que pasaban en itinerancia. Benida a tope, yo dos inos Cune y varios refrescos, la sed era grande después de todo lo narrado al Hispano. Que sonreía y me saludaba desde lejos en la Plaza de la Indep, allí nos bifurcábamos quién sabe si para siempre. La mañana fue tela (y tal) y lo mejor aún estaba çpr llegar: Dormí el efecto de la melatonina que denoche se había reelado ineficaz, ahora sí, ahora ya saciada y calmada, con los méritos y el trabajo bien hechos, ya me cundió. Qué felicidad!