sábado, 20 de noviembre de 2010

Teatro y cine

Cada vez me veo escribiendo menos de teatro, me veo y me ven porque primero fue el que me vieran, el que alguien me dijo "¿Sigues escribiendo? No se te ve. Sólo vemos a Sofía" La verdad es que es difícil verme por dos razones: Una, escribo poco sobre Teatro (un par de comentarios a la quincena) y dos, porque mis comentarios aparecen siempre sepultados bajo el fárrago de comentarios de Sofía, que siempre sale en cabeza con cuatro o cinco, aplastándonos hacia abajo0 a todos los demás. Esto con Sofía, a la que no conozco, ya me viene de lejos, de cuando ambas publicábamos en LaTeatral.com. Como ocurre en NoticiasTeatrales.es, yo era la primera, la más antigua, yo mandaba uno o dos comentarios, los veía publicados y era feliz. Pero amigo, llega ella y en evz de uno o dos, hace 14 comentarios, y todos los 14 caen encima de los míos, con lo cual no se me ve.
Le he escrito a este propósito al jefe Salvador, muy dialogante él, y me dice, periodista él, que no se había dado cuenta de tal cosa. ¿Es posible? Que un periodista desconozca las leyes del marketing es casi inverosímil, auqneu sí puede ser que con las prisas de última hora no se haya dado cuenta de que una y otra vez, una y otra edición desde hace años, viene pasando lo mismo. Me promete rectificar, ponerme a mí alguna vez en cabeza, pero esto no me consuela. Yo creo que el proceso de selección tiene que ser más equitativo y no reducir este tema, importantísimo, a una pelea mía con esta mujer por el espacio.
Porque importante lo es: Ser visible de inmediato, entrarle por los ojos al lector nada más abrir página, no puede ser igual que lo contrario, estar escondido debajo y que tenga que bucear el que lo desee (muy poco probable, ya que se va sólo a lo que nos entra por los ojos, y se sobra y basta para satisfacer cualquier lectura, al menos superficial, que es la que se hace de una web) y, si no se va bsucando algo en concreto que interese, de ahí no se pasa. Es como la diferencia entre salir en la 3ª de ABC o en las páginas siguientes. Pero él me dice que no se había percatado y es hombre cabal.
Otra cosa es que la tal Sofía es tb periodista y ella debe saber en qué momento caerle a un editor con una trilla de comentarios encima para que te coloque según y dónde. O sea que si él nos e ha dado cuenta, y le creo, de ella no puedo pensar lo mismo, porque una cosa es cierta: Siempre coronan sus comentarios lo más alto de La Platea.
Añadámosle a esto que a mí me llaman Sofía por todas partes, y que desde que ella entró a escribir aquí, no me dan entrada en sitio ninguno importante (SAla FFernán Gómez, T Español, María Guerrero, T. Pavón) y me tengo que conformar con pequeñas salas, como Lagrada y Cuarta Pared, porque en todas las otras me dicen lo mismo: De ahí tenemso a Sofía. Sin embargo ella está en la COPE, me dice Salvador, ¿por qué nolas pide por la COPE? Porque allí el Teatro lo hacen otros, los especialistas, y a ella no se las dan y así y así y así es como me ha venido a sacar a mí, una y otra vez, de mis casillas.
Ahora, lo que noes casual es que yo haya pasado de ocupar el primer puesto en la nómina de La Platea, a ocupar el tercero, después de Paco y Sofía. Yo soy la más antigua, y eso da derechos. No creo que eso haya sido casual, eso hay que ponerlo en ese orden a propósito.
En mis pases de prensa cinematográficos, sin embargo, sólo recibo alegrías. Son más abiertos, más jacarandosos, más desprejuiciados hacia mí, que los paniaguaditos del Teatro.

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