miércoles, 11 de febrero de 2009

Palace y pelis

Ayer en palace fue el llanto y crujir. Se cayó Martín, tropezó con una mesa y fue a darse con la cabeza en otra, los viernes ya se sabe, la cena, temerario aventurarse por allí, cuando llego todo son detritus y guarrería en abandono, de repente veo la escena: Una que se lleva muy bien con todo el personal y que parece operada de todo (menos de los dedos de las manos, artríticos como de 800 años) curándole con agua oxigenada la cabeza, los maîtres corriendo de acá pallá y mirando como sospechoso a todo el que dejara de bailar y se parara a mirar (esto no lo entiendo), los camareros despistadísimos, y el que diz que se dedica al turismo y que chilla como una rata (cliente) dando órdenes. Sin atreverme a acercarme demasiado (conozco a Martín por Delfina, la de la pensión Florinda, y ya había bastante gente alrededor) sugiero que habría que llevarlo donde lo viera un médico, no sea que lo de la cabeza sea algo más que una simple brecha. El chillón casi se descompone: ¡No es nada, no es nada!, me chillaba a la cara como un conejo en plena como se llame la época de celo de los conejos. Por fin vino el portero armario y con otro camarero no menos armario, lo subieron. Para entonces yo había cogido de la mano a Martín, cosa que lo tranquilizó bastante, levantó la cabeza por primera vez y se sentó, y el maître altísimo Manolo se dirigía a mí a ver qué tal estaba. No se podía mover, una pierna no le respondía. Resistieron todo loque pudieron para llamar a sitio ninguno, media hora más tarde todavía estaba esperando a la puerta de salida, arriba ya en la calle, en el lugar del crimen de los porteros. Lo hacía en compañía de una de las chicas que estaban con él desde el principio, amiga y vecina dijo que era, así no hacía falta nada más, y ya estaba de pie aunque de andar, ni nones. No le he dicho nada a la Delfi, por no andar con cuentos, él estaba consciente y con móvil, si quiere que se lo diga él.
Me han gustado todas estas pelis: Háblame de la lluvia (francesa), la tengo en el felpudo; El visitante (EEUU), la tendré; Ulumdog millionaire (India), la tuve en el felpudo; Vals con Bashir. Esta última es de dibujos animados y trata de las matanzas de Sabra y Shatila por el ejército israelí. Olvidamos la Hª pero ella no nos olvida a nosotros. Es totalmente autobio, ya que el director fue soldado durante esas operaciones, también presenció las matanzas de civiles a cargo de las falanges libabesas cuando fue asesinado el presidente Bashir (al que dice que los soldados libaneses se referían como a una esposa) y al que apoyaba Israel, de ahí que interviniera el ejército. Los dibujos son de una belleza extraordinaria, sobrecogedores, más impactantes que si fueran personajes de carne.
Lo del felpudo tiene su aquel: Resulta que me desapareció el felpudo y creo saber quién fue o al menos quién estuvo en la mêlée, tales envidias suscita mi status y el que a pesar de todas las calumnias me hayan elegido presidenta. En su lugar he puesto una de las carpetillas que me regalan, concretamente de La Esfera de los LIbros, y sobre ella voy poniendo de tanto en tanto la peli que más me ha gustado. Es mi manera de publicitarla y de agradecer el pase. Esto ha hecho que una persona de moral intachable y fuera de toda sospecha, me haya sacudido encima todas las alfombrillas, vaciado los bolsillos de los abrigos, limpiado los bolsos, etc. Qué mal digiere esta persona fuera de toda sospecha y de moral intachable que yo haga lo que me dé la gana. Ella se enteró antes que yo de lo mío, es decir, yo me enteré por ella de mi liberación y de las condiciones de la misma en una época en que no me llegaban las cartas, tenía que ir a pedir mis documentos directamente a Vitrubio, porque se perdía todo!, y una noche la oigo chillar todo: Mi fecha de nacimiento, lo que me iban a pagar ¡por no hacer nada! Sus hijos me defendían: Eso es que es lista! Y ella: ¡Es mucho más que eso! Como el portero me llama H y de G P ella aprovecha para vaciar sus detritus en mi felpudo cinematográfico, tota ya tenemos culpable, hagamos cada cual lo que nos plazca: Guarrear. Pues soy la presidente, así es correcto decir, y no la presidenta.

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