lunes, 17 de abril de 2017

Homenaje a Félix Pacho en Sahagún


Fue el día 15 de abril de 2017, sábado Santo, a las 12'30 de la mañana, con esa luminosidad en el aire que tanto le gustaba a Félix, cuando tuvo lugar su homenaje póstumo. Hablo de Félix Pacho Reyero,  (Calzadilla de los Hermanillos, León, 1932- Madrid 2016) periodista y maestro de periodistas, fundador en 1986 de La Crónica de León, redactor de El correo español del pueblo vasco, del Diario de León y las Provincias de Alicante, director adjunto de Informaciones, corresponsal de la Agencia EFE en Centroamérica... fallecido pronto hará un año a finales de abril, quien iba a ser recordado en uno de los sitios de su devoción, Sahagún, en el medio del camino de Santiago y en plena Semana Santa. Pacho, un hombre tan luminoso que uno se lo imagina siempre sobre un fondo de trigales verdes y ya en sazón. La concurrencia no fue numerosa, autoridades y amigos arropando a la familia, que era hora de Mercado tras dos días de cierre, yo creo que Félix se merecía más. Pero Félix fue querido en vida y eso es lo importante, ojalá que ahora esté igual de feliz allá arriba. A mí me compró un libro que estaba expuesto en una estantería de este mismo Auditorio Carmelo Gómez cuando aquí se exponían libros, y esto en alguien que recibe libros a diario, que ha dotado bibliotecas y que a pesar de ello tiene sus estanterías a reventar, es tamaña generosidad y semejante audacia. 
En el homenaje, tres periodistas y un representante de la Casa de León en Madrid, institución de la que era socio y mantenedor, glosaron su figura, al tiempo que dos jóvenes músicos de Sahagún pusieron con sus instrumentos de viento el sonido que acompañó el acto de principio a fin, que fue desde Shubert a J.S. Bach, pasando por Pergolessi y el famoso Adagio que ya no es de Albinoni sino de Remo Gazotto.

Félix Pacho Reyero era un enamorado de Sahagún y comarca, de su pueblo (Calzadilla de los Hermanillos) y de todo León, un leonés de Sahagún, por cuyas tradiciones sentía verdadera pasión, de ahí que no faltara ni una sola Semana Santa a la cita con la ciudad, donde tenía casa y desarrollaba una importante actividad cultural en la asociación Fernando de Castro al instituir una ronda poética que se perpetúa año tras año el día de Jueves Santo recorriendo todos los monumentos de la Villa.

Enamorado también de la Semana Santa facundina (suyo es el guión del video sobre la misma) y del Camino de Santiago, pero sobre todo era un hombre que por donde quiera que iba, con sus palabras y sus actitudes, ejercía un gran magisterio cultural y periodístico. No se guardaba nada por afásn de exclusividad o celos profesionales y así oírlo era de una gean amenidad y amplitud de horizontes. Citando a Kapuchinsky, quien afirma que no se p ser un buen periodista sin ser buena persona, Pacho era "Una gran persona y un profesional muy generoso en quien primaba la pasión por informar y el respeto a la verdad."
Después de breve presentación a ojo de buen Google por parte del alcalde de Sahagún, Lisardo de la Viuda, inició la ronda de intervenciones David Rubio, de La Nueva Crónica de León, testigo directo del valor de su amistad y del interés que en él despertaba cualquier publicación sobre León. Como Félix era quien había puesto en marcha La "vieja" Crónica, de La Nueva le interesaba todo, y así le sugirió reportajes de interés con experiencias a pie de calle y a pie de gente. Ayudaba a los recién llegados a Madrid, perdidos, porque él sabía lo difícil que era empezar, y en periodismo había hecho de todo, pero su máxima aspiración era la de ser pregonero de Calzadilla de los Hermanillos, su pueblo natal.
Por su parte Belén Molleda, periodista de Sahagún y delegada de la Agencia EFE en Aragón, cóntó cómo el haberle mandado el curriculum a Pacho fue providencial ensu vida, pues él apareció una mañana en la tienda de su familia y, además de darle sabios consejos, encauzó profesionalmente su recién terminada carrera, por lo que le dedicó una vieja oración gaélica llena de buenos deseos "en este sábado de gloria".
Tomó la palabra Carlos Otero, quien trabajó con él en Informaciones en los años previos a la muerte de Franco, y recuerda aquellos días en que no se sabía lo que iba a pasar con nada. Él era un director de organización, algo dificilísimo sobre todo en los cierres, y el encargado de que siempre hubiera dinero en caja, cosa que siempre conseguía, para los viajes. Y situó así su Olimpo facundino: "en Sahagún, un alcalde, Benito Pamparacuatro, fue el primero que proclamó la República en 1931; Fernando de Castro, un cura renegado, que fue quien sembró las semillas de la ILE que luego recogería Gumersindo Azcárate, y al lado de ellos Félix, gran persona y periodista de conversaciones interminables sin hablar nunca mal de nadie, ni siquiera del mayor mentiroso, Luis María Ansón: "Yo sé arar -solía decir-. Quiero ser redactor agropecuario". La última vez que lo vi, concluyó Carlos, hablamos de política  y fue en las últimas elecciones generales: "¿Qué vamos a hacer con éstos si ninguno vale pa nada?"
Luego se leyó la carta de Luis del Olmo, pregonero a la sazón en la Semana Santa de Málaga, razón por la cual no podía estar ese día en Sahagún, en la que se refirió a Félix como periodismo vivo, la pasión por informar, un leonés de Sahagún.
Cerró el turno de palabra José María Hidalgo, de la Casa de León en Madrid, quien, sin poder hablar apenas por la emoción, añadió que" él era la Historia vida de La Casa, que la primera Crónica de La Casa en el Diario de León era suya, que estaba empeñado en involucrarlos y meterlos a todos en los temas y que Sahagún era su tema de conversación preferido porque él era la memoria viva de La Comarca.
A la salida, nos despidieron con bastante precipitación a la puerta del Carmelo, para irse a La Codorniz, cada mochuelo a su olivo.

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