lunes, 22 de agosto de 2011

Gianni y sus mujeres Golem

Si se la compara con Vacaciones de Ferragosto, resulta sosa. Sus relaciones con las mujeres son las mismas, incluso la mamá protagonista es la misma, pero allí había un Deus ex machina (el tener que hacerse cargo de al madre durante las vacaciones de verano, más sus amigas qu evan llegando porque los hijos no saben qué hacer con ellas) y aquí encambio,no se sabe qué busca el personaje o cuál es la fuerza que lo empuja hacia la Mama, las mujeres que rodean a la Mama e incluso a las mujeres de su propia familia (esposa e hija). Tal parece que el hilo conductor que une al personaje con todo lo que le rodea es la melancolía (de qué? y la falta de motivación. Está jubilado con 50, pa4ra algnss es un abuelo, para otras un colega, todo parece gritarle qu esu tiempo ha pasado. O que no ha llegado todavía, pues tod puede suceder. No es el sexo lo que lo mueve, aunque el abogado se empeñe en ver el sexo como el motor del mundo y por lo únco que merece la pena luchar.
Gianni está rodeado de muejers qu elo quieren, que lo acogen, pero todo se mira bajo el cedazo del declive, como en aquellos etxtos de Italo Calvino y de Italo Svevo en en que podía más la contemplación, y aún la introspección, que la acción. Entre tanto, Gianni ve la vida pasar y ve cómo otros se desenvuelven al margen de él, todos parecen estar de vuelta de todo y unas amigas de su madre y de él los expolian de su patrimonio sin que él, con abogado amigo y todo, haga nada por revolverse. Siempre parece estar a punto de caer la sorpresa que, catástrofe o salvación, finalmente no llega.

Tralas Luces (de Festival Films: Raros para San Sebastián) ahonda en la vida (drama sin paliativos) de los Feriantes españoles, los seres de carne y hueso en los que nunca nos fijamos pero que son los que proporcionan los atractivos (norias, pulpos, coches de choque, churros, palodul, algodón de azúcar) de als Ferias y Fiestas de pueblos y ciudades pero que sólo son noticia cuando ha habido un accidente. Esas familias que recorren el verano de fiesta en fiesta y de aldea en aldea (cada vez la vida es más cara y las fiestas van a menos), viven en una caravana, tienen sus amores con los que llenan sus vidas de algo de poesía, pero que son difíciles de mantener conforme a la vida que llevan y suelen acabar en depresión. Depresón que se ahoga en pastillas o que se aleja por medio del alcohol, las drogas, el amor a la familia que también es perecedero. Tal le ha pasado a Lourdes, que con 34 años es madre de 4 hijos (el primero con 17 años) y está a punto de ser abuela. Lo que empezó como un sueño de vida errante y romántica en una caravana de Feria en Feria al lado de su amor, ha acabado por consumirse en la rutina de una cocina (hipotecada, como todo lo demás) donde casi siempre se cocina lo mismo o nada, y en lucha con los mismos tópicos, gitanos o no, que imposibilitan a la mujer para salir de su papel de protectora de la prole. Por muy capacitada que esté para tomar decisiones, o muy dispuesta que se muestre a asumir cualquier trabajo de varón como conducir el camión, lo suyo va a seguir siendo la pata quebrada y sin salir. Mientras, el hombre sí que puede relacionarse y buscar fuera lo que en su casa se le niega. Lourdes acabará separándose, sólo falta que en feberro le devuelvan el carnet del camión a su Jose, entonces tendrá fuerzas para irse con su sdos niñas pequeñas: ¿A dónde?

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