miércoles, 20 de enero de 2010

El vuelo del Cuatro Vientos




El vuelo del Cuatro Vientos fue una travesía del océano Atlántico, entre Sevilla (España) y Camagüey (Cuba), en avión llevada a cabo en 1933.
En 1932 el Capitán de Ingenieros Mariano Barberán y Tros de Ilarduya, nacido en Guadalajara (España) el 14 de octubre de 1895, director de la Escuela de Observadores de Cuatro Vientos y héroe de la Guerra de Marruecos, habiendo adquirido un reconocido prestigio como navegante en la preparación del vuelo del Plus Ultra, concibió la idea de realizar un vuelo sin escalas desde España a las Antillas.
Fue designado como primer piloto el teniente de caballería Joaquín Collar Serra, natural de Figueras (25 de noviembre de 1906) y profesor de la Escuela de Caza de Alcalá de Henares, y como piloto y navegante el propio Barberán. Para actuar como mecánico de asistencia en tierra se eligió al sargento Modesto Madariaga natural de Corral de Almaguer, profundo conocedor del aparato que había de utilizarse en el vuelo.

A fin de aligerar en lo posible el peso, no llevaban equipos de radio.
El 8 de junio de 1933 despegaron de Cuatro Vientos para situar el avión en Tablada (Sevilla), donde tras una cuidadosa preparación meteorológica, partieron el 10 de junio de 1933 a las 04:40. Emplearon 1.500 m de pista para el despegue, casi la totalidad de la de Tablada.
El cruce del Atlántico central fue la mayor distancia volada hasta ese momento sobre el mar. Siguieron la ruta prevista con desviaciones mínimas a pesar de diversas incidencias, como una indisposición de Collar: Tablada (Sevilla), Madeira, San Juan (Puerto Rico), Guantánamo y Camagüey, donde llegaron 11 de junio a las 20:45 hora local después de 39 horas de vuelo y 7320 km.
El recibimiento en Cuba fue apoteósico. El vuelo constituyó un acontecimiento social de primera magnitud y los aviadores fueron agasajados en los círculos políticos, sociales y mercantiles de Cuba. En los días que pasaron allí Madariaga tuvo que hacer frente a una complicada incidencia: reparar una grieta aparecida en el gran depósito central. También tuvieron tiempo para realizar una visita al Observatorio de Belén, desde donde el padre jesuita Mariano Gutiérrez-Lanza elaboró los partes meteorológicos. Un controlador aéreo de la época, Francisco Figueroa, relató que los pilotos recibieron el consejo de suspender el siguiente vuelo hacia México al menos durante 24 horas debido a las malas condiciones meteorológicas, aunque finalmente partieron según la fecha prevista.
La travesía hacia México comprendía un vuelo de 1.920 km que estaba previsto se realizase en unas 12 horas. El 20 de junio despegaron de La Habana a las 08:45 h hacia Ciudad de México y fueron vistos sobre Ozita a las 09:10 h, Ticul 10:10 h, Sabancu a las 10:45, y Carmen a las 11:35, cerca de la ciudad de Villahermosa en Tabasco a partir de esta posición desaparecieron.
Los gobiernos de México y Guatemala desplegaron numerosas operaciones de búsqueda y a pesar de los esfuerzos realizados, no pudo darse con el lugar de caída del aparato, un misterio que ha dado lugar hasta el día de hoy a numerosas teorías y especulaciones, creando un halo de misterio y leyenda acerca del fin del Cuatro Vientos y sus tripulantes.
De entre las hipótesis más barajadas, la que ha cobrado mayor fuerza con el paso del tiempo, de mano de historiadores españoles y mexicanos, así como por expertos en aviación es la de que en medio de una tormenta que se calificó como "un temporal como pocos hemos visto en esta época" obligó a la tripulación a realizar una toma forzosa en la sierra de Mazateca (Oaxaca). En la toma, Barberán, en la posición delantera de piloto quedaría seguramente malherido. Collar, en su posición más protegida pudo estar en condiciones de salir a buscar ayuda. En la búsqueda se encontraría con lugareños que les retuvieron secuestrados varios días creyendo que podrían robarles objetos de valor. Finalmente, quizá por frustración, quizá por temor a mayores consecuencias por sus actos, los secuestradores asesinaron a los tripulantes del Cuatro Vientos, que habría sido desguazado y enterrado junto con los cadáveres en algún lugar de la serranía. Si las autoridades mexicanas llegaron a conocer estos hechos, jamás se atrevieron a reconocerlos ante el Gobierno de España por las gravísimas implicaciones diplomáticas. Aún hoy en día sigue sin saberse nada del final del Cuatro Vientos.

Desde hace 25 años, el mexicano Miguel Bravo Sanchez realizó varias expediciones a la zona de La Guacamaya en el estado de Veracruz, acompañado de varios periodistas mexicanos. Como parte de sus investigaciones y derivado de testimonios de testigos presenciales y que han escuchado el relato, Bravo confirmó que los pilotos españoles llegaron a México y fueron asesinados por habitantes de la zona.

No hay comentarios: