viernes, 29 de junio de 2012

Saliendo de casa famosos a gogó Transex y Tabacalera

Como vivo donde vivo, veo famosos ya en el umbral mismo de la puerta. Saludo, harta de no hacerlo, a un chaval que recuerdo de la RESAD y que resultó ser Javier Mejía, actor y profe de esgrima, vive en Lavapiés. Tardo en arrancarle una sonrisilla, como si costara caro, justo hasta que le doy la tarjeta de Noticias Teatrales, y por fin me cuenta su vida y hechos que no hay quien lo pare. Caminamos juntos buscando la sombra hasta la embocadura de Magdalena, no el río sino la calle. Creo entender que va adonde vaya porque empieza varias veces la frase Voy, voy, voy. Su rubicundez es de origen asturiano, muy delgado parece de mucho más arriba. Viril y pausado con pose de actor en esta zona donde todos lo son. Somos. Austrias, creo que ha trabajado en Alatriste o merece hacerlo.
Yo llevo mejor ruta porque voy al Café del Espejo donde el editor Miguel Ángel de Rus, de Irreverentes, me brinda un desayuno como si yo fuera una personalidad. Desde que no puedo tomar café, me parece la droga más maravillosa del mundo, más aún el de los grandes Cafés como éste, qué olor, qué avaricia olfativa. Allí nada más llegar, junto con el desayuno me coloca en la mano la novela que presenta hoy: El señuelo, de Manuel Vidal, una novela negra que ya ha ganado un premio internacional, el Walkie Collins, ambientada en tierras zamoranas que atraviesa el río Aliste. Aquí el detective es un G Civil, me muero por empezarla y mandarle mi opinión. Digo yo que lo que te relagan en un momento, la vida entera de algunos que han puesto la vida en este libro.
Ayer en Tabacalera veo una exposic en papel higiénico de los líderes españoles en todo su abanico de derecha a izquierda y se ve lo que son, no se merecen otro soporte: Is Pain, se titula. Made in Ispain, así estamos. Otra exposición muestra joyas hechas con cagarrutas de cabra. Otra se titula La petite mort de Christ y es una serie de fotos tomadas en cementerios de México. Pasan del éxtasis a la risa, petite mort. Tabacalera, me gustaría que el invento durara, pero hay ahí metida mucha mierda, aún no estamos preparados para la anarquía y hay gente que necesita que le pongan un orden, lo pide a gritos cuando mancha, rompe, guarrea, inutiliza lo que es de todos.
Ayer, mientras empezaban las fiestas del Pride en Chueca, iba una manifa desde Embajadores a Atocha pasando por Tirso: "Libertad Put@. Vendo sexo a indignados, no a partidos políticos", rezaba la pancarta llevada por mujeres con las tetas al aire y un hombre joven que, adornado con correajes, enseñaba el culo, el pene con la mayor naturalidad colgaba por el mandil abajo. La gente que volvía a sus casas se partía de verlo, pues vale. Las feministas del bajo La caracola tenían por la tarde en el suelo una pancarta: "Cuerpos desobedientes". Y anteayer había un "taller de eyaculación".
Vivo en un barrio ejemplar, no hay otro así.  ¿quién quiere ir a aburrirse a una playa?

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