sábado, 16 de junio de 2012

14ª edición de cine alemán en Palafox

Según comunicado, el Festival de Cine Alemán  en Madrid ha cerrado la presente edición con un excelente número de asistencia de espectadores, más de 5.000. Para Mariette Rissenbeek, de German Films, "hemos logrado crear un público muy fiel a las propuestas cinematográficas. A lo largo de estos días el Festival ha recibido la visita de Andreas Dresen, director homenajeado con la retrospectiva (Stopped on Track, Whisky mit wodka, Wolke 9...), David Wnendt (director de La guerrera), Christian Schwochow (Director de la película de inauguración, La invisible), Marcus O. Rosenmüller (director de Wunderkinder) entre otros."
Ahora va mi opinión:
El cine alemán que se ha presentado en este 14º festival resulta por un lado exótico, plagado de rusos y de turcos protagonistas como está, pero a la vez tan cernano a nuestras preocupaciones por los problemas que trata. Muy actual y a la vez resiste el paso del tiempo, como la magnífica En las nubes, de 2008, que ya vimos en 2008 en Madrid y que ahora se presenta de nuevo porque es una película que desearías ver 100 veces: El sexo en la vejez, nada de tópicos, nada de viejos rijosos sino el sexo necesario, vivido intensamente como fuente de vida y de libertad que echa abajo todas las barreras y pone patas arriba a toda la familia. Es la libertad de tener ya muy poco que perder. Claro que también podían haber venido los hijos y encerrar al padre o a la madre díscolos bajo la acusación de senilidad y se acabó la fiesta. Por suerte aquí los hijos, esa dictadura en la que ha degenerado el antiguo clan familiar, aquí apenas aparecen en alguna visita. Del mismo director, ha sido impresionante la titulada Stopped in Track, cómo se vive la muerte sin Dios en lo que fue la antigua RDA (en la casa, todos unidos en torno al dramón del enfermo terminal y a la vez con sus propios problemas), soportándola en sus estragos diarios, salvando lo que se pueda para no sucumbir todos juntos con el enfermo, y envuelto en sus pliegues, que también la enfermedad más cruel los tiene, un maravilloso, finísimo humor capaz de hacer soportar, al menos al espectador, los más duros momentos. Cercano ya el final ya, se le plantea a la familia el eterno "¿lo encerramos?" No, dice la doctora que lo atiende a domicilio: Si por "ser malo" (es decir porque VOMITA, GRITA, NO DEJA DORMIR) al padre lo encerramos en un hospital para morir, los niños lo percibirán como un castigo, y por ello es necesario que lo vean extinguirse "con naturalidad" en casa, donde siempre estuvo. En Occidente del hospital van al tanatorio, es la gran diferencia, y la gran vergüenza, hace falta un núcleo familiar muy sólido, alguien debe resistir hasta el final para que los otros sigan a pesar de los altibajos. Con profndidad y humor este mismo director en  trata en Halbe Treppe (A media escalera) las miserias de la convivencia en pareja y la atracción por lo nuevo que una vez pasada la novedad, produce el mismo hastío.
Impactanante resultó también Todas las sumas de mí mismo (Die Summe meiner einzelnen Teite, de Hans Weingertner), en que un matemático, un genio malogrado por los traumas de la infancia (la muerte de su madre a los 10 años por overdose y las palizas de su padre), acaba marginado y finalmente recluido por peligroso en una sociedad que no sabe integrar su genialidad. Se inventa un ayudante, un amigo, un niño ruso de 10 años, que, como él, perdió a su madre etc y vive de recoger botellas. Con él se refugia en el bosque y obligado por él deja el alcohol, todos creemos que existe pero lo hacen capturar y la doctora que lo seguía lo convence de que es una creación de su mente. Él no se lo cree, los espectadores tampoco, tan real es el niño. ¿Y el habla rusa? Su madre era rusa, es lógico que le enseñara algunas palabras y como la del niño, murió de... Consigue escapar hacia Portugal como destino paradisíaco basándose en unas cartas encontradas en una papelera, cartas con las que convence a una chica ayudante de dentista, su destinataria, de que vaya allí a reunirse con su novio. Pero lo vigilan, ha robado para huir, nos deja creer que por fin lo logra, pero ya fuera de la estación, el Autocar se detiene y es arrestado con violencia. La chica tb se baja, Víctor el pequeño ayudante ha desaparecido misteriosamente, igual que desapareció en la entrevista con la doctora y con la chica, pero todo queda abierto porque la chica le debe sus ansias de libertad y de huida e ilusión perdidas y parece que va a luchar por él.
Desafiante es el documental “Khodorkosky”, del cineasta berlinés Cyril Tuschi, rodado contra las prohibiciones del Kremlin. Su cinta fue estrenada en el festival de cine de Berlín, aunque de milagro, porque la versión original fue robada misteriosamente poco antes. "Khodorkovsky" relata la odisea personal y política del magnate y multimillonario que se atrevió a desafiar a Vladimir Putin, detenido en por evasión fiscal en su avión personal cuando volvía de EEUU, y esto es lo sorprendente, sabiendo lo que le iban a hacer ya que el día antes lo habían expropiado, y que acaba de ser condenado en 2011 a 6 años más, que se suman a los 8 ya transcurridos, con lo cual estará en la prisión de TxChica (Siberia, como el último emperador), hasta 2017. Los paisajes en la nieve que rodea la prisión son impresionantes, allí Khodorkovsky escribe y escribe preparando su defensa. Hay lo menos 600 exiliados por este caso, incluidos sus abogados; unos le ponen como héroe (su guardaespaldas, antiguo general de la KGB) y otros, verde, por dejarse arrestar y caer con todo y con todos. Su hijo está en EEUU, ya casado. Nunca pierden la sonrisa. Héroe y fanático a la vez, su madre sigue viviendo en la casa del barrio residencial donde vivían todos los ejecutivos. Todos se vigilaban mutuamente "según el espíritu ruso", dice un testigo, sobre todo las visitas, era como una cárcel para millonarios. El socio judío, uno de los exiliados en Tel Aviv (K sólo era judío de padre) está harto de sol, no lo soporta más, ¿no dieron nublado para hoy?
Joya aunque de otro estilo resultó Tres cuartos de luna, de Christian Zübert, que trata con humor y pizca de dramatismo las diferencias de cultura entre Oriente y Occidente. La vida le cambia a un taxista cuando transporta a dos pasajeras, madre e hijita, procedentes de Estambul, Poco después la niña lo busca al quedarse sola con su abuela hospitalizada y en coma. Es así como descubre en sí mismo la humanidad que había olvidado: "Pues vaya sociedad de mierda donde se ve con malos ojos ayudar a una niña!", exclama en un momento en que le advierten del peligro al que se expone por parte de los bienpensantes a que le acusen si ven cargando con ella a su propia casa, él vive solo, está separado, su hija tb se ha ido hace tiempo y se extraña de verlo cargar con al niña:¿Papá, por qué tratas mejor a los de fuera que a los de tu propia sangre? Eso lo hemos sufrido todos. Su intervención consigue reunir a los padres de la niña, él alemán, divorciados, y él se marca un viaje a Estambul con la 3ª edad. Aquí podría derivar en un Exótico Hotel Marigold.Más de 5000 espectadores asisten a la decimocuarta edición del Festival de Cine Alemán Fue Premio del Público
Christian Schwochow, director de la película de inauguración La invisible, estuvo en su presentación y la película es de veras dura y meritoria, lograda hasta el extremo, sin desdeñar ninguno de los aspectos de la iniciación al método actoral que creó el ruso Stanislawski. Trabaja tus dolores y tus deseos más profundos. cuanto más horribles mejor, para crear el personaje verdadero que has de sacar del fondo de ti mismo. Esto ha llevado a actrices a la locura, la autolesión, el odio a su familia... Todo con tal de trabajar el personaje. Explora y explora los traumas en su afán de verismo cuando lo realmente creíble en esta profesión es lo impostado; que se tendrían que morir de verdad, vamos, cuando hay muerte en escena. Es la paradoja del actor, que decía Diderot. Por el contrario La guerrera, de David Wnendt, me decepcionó por el abuso de lugares comunes en torno al comportamiento de grupos nazis y sobre todo por la falta de un ritmo sostenido en el uso de la violencia. Muy poco original y muy deslavazada, no le saca partido a la ehroína ni a la historia, que s emerece mucho más. Por verla, me perdí la de Marcus O. Rosenmüller, director de Wunderkinder (niños prodigio), que dijeron que era preciosa.
Para impacto, el que causaron cada una por su lado Vater Mutter Mörder (Padre Madre asesino) sobre lo desconocido que puede volverse un hijo adolescente, sea o no en el seno de una banda filonazi, pero sobre todo por las envidias y el espíritu inquisitorial hacia la familia de quien haya cometido un delito en una sociedad tan avanzada y supuestamente libre, hasta el punto de que los padres se tienen que marchar: malvender y marchar como los judíos, y Gnade (Merced) de Mattias Glassner, sobre la culpa y sus consecuencias en una familia que vive y convive, y canta, a pesar de las distancias siderales, con otras familias en las condiciones impuestas por la noche polar. En la más extrema soledad, silenciados por la nieve, pero en una sociedad que se pretende bien estructurada y maravillosamente intencionada, los 3 miembros ven cómo sus vidas se van de un límite a otro, como la noche y el día larguísimos polares en que se ven envueltos sin remedio. Todo es perfecto, pero escarba un poco y verás. Me recordó a los protas de Melancolía. Dicen que este director es una mezcla del existencialismo de Bergman y el nihilismo de Kaurismaki y que ya impresionó con El libre albedrío.
Muy divertida, atrayente por los mundos que enseña y con grandes dosis de suspense, Viento del Oeste (Westwind), de Robert Thatheim, trata sobre el encuentro de culturas, las peripecias de pasar el muro y respirar otros aires. Y con final feliz a pesar de todo, con un malo que se vuelve colaborador: Deus ex machina.

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