martes, 6 de octubre de 2009

La moda de los boleros

Ahora es Luz Casal, antes Pasión Vega, antes Malú con esos nuevos y morbosos que le preparaba A Sanz (Me has enseñado tú...), Tamara, Sole de Presuntos implicados... Parece que todas están deseando hacerse matar: Ahora yo, ahora me toca a mí, mira cómo sufro, mira cómo me exhibo yo también en la masoquinería... Me ponen enferma. No se lo aguanto ni a Cesárea Évora, quien, después de Sara Montiel, fue a la que oí contar con propiedad el Bésame mucho, cuando llega ese numerito, le doy al botón y me lo salto. ¿Pero por qué los tienen que catar todas cuando se supone que están en el culmen de su carrera? ¿Qué mamadera es ésta de Satanás? Tan bueno es el sadomasoquismo, tan denostado, para mostrar el vituosismo de la voz. Ponen la garganta en exposición (gargantas profundas) las cuerdas vocales en tensión como cuerdas que les recorren el cuello hasta los pezones, y hala, a hacerse matar. Esto no tiene remedio, sólo lo morboso triunfa. En Palace, entre las féminas, la envidia es la que manda. Si ven bailar con alegría, luego se quedan cuchicheando sin levantarse del asiento. Quieren que se les rinad pleitesía, sólo así te saludan, y eso si les viene bien, si hay alguien mirando su papel de reinas benevolentes; si no, a freír. Llega Marina, tan majo, saludándonos a gritos, y luego le inventa Florinda fondona que es del Manguis, que no tiene acento de ser del Norte como dice, así que y por consiguiente, será chilena y del manguis. Ex catredra quead dicho. Que qué líos de viaje me traigo ahora que todos están asentados y en sus puestos. le doy la razón. Pero sobre todo Teo, que por poco me arranca la cabeza y me ahoga con la capucha el día que llegué con el chaquetón nuevo, qué gesto de víbora. Allí parece una chavalina pero fuera tiene unos ojos de ansiosa que le bailan sin parar, que no se paran. Y Jesusa la de Cuenca, que afola por los camareros y hay que estar a sus órdenes, menudo numerito me montó con que la di un golpe en el pecho cuando era ella la que armó un jeribeque con los brazos al abrazarme, sólo pendiente de que la miran. Menuda diferencia tb dentro o fuera!

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