jueves, 12 de marzo de 2009

Hobbes

Me encuentro con una nota que tomé durante una presentación en Fuentetaja. El que hablaba era Zerolo, y como me aburre horriblemente con sus reivindicaciones para todos y para todas, me dediqué hojear un libro de Hobbes, Leviatán, en el que explica algunas claves del desagradecimiento: "Lo natural es odiar al que nos ha hecho algún beneficio siempre que se trate de un igual, porque los beneficios obligan y la obligación que no puede corresponderse, servidumbre perpetua, y esta sitaución, en definitiva, se resuelve en odio." Yo leí hace tiempo en un francés, y lo tengo anotado, que tal vez el desagrdecimiento tenga sus raíces en la imposibilidad de pagar, debía ser discípulo de Hobbes. "Por el contrario, añade éste, haber recibido beneficios de alguien considerado superior, inclina a amarle, porque la obligación no engendar una degardación en este caso; y la aceptación lisonjera (gratitud) es para quien otorga el beneficio un honor que generalmente se considera una retribución". La cosa no es sencilla y tiene mucha tela. Yo creo que se odia al que se debe algo y no se le invita a las fiestas para no acordarnso de la deuda. ¿Vale? Mi experiencia va por ahí, aunque es cierto que se cuenta con más orgullo el favor que le debes a un superior. Tela.
En otro orden de cosas, mi madre me ofreción en el momento de irme, 20 euros para mi cumpleaños. A los nietos les da cuando menos 50, y a mí, que soy la tonta Petronila, me ofrece 20. Debe haber gastado más de la cuenta en estos meses porque si no. Es el mismo comportamiento que ella me contaba en mi abuela y en mi tía, a las que ella cuidó: Le daban chocolate después de haber pasado con ellas la noche entera. A los ausentes, todo, todos los dineros, todo el agasajo y la boca agua, todo les parecía poco para darles. Ella criticaba dolida estas injsuticias que ahora ella comete calcadas. Yo fui expresamente a su cumple, volví a ir cada vez que enfermó, no la dejé hasta verla restablecida valiéndose por sí misma con la moral bien alta y el apetito vivo, le llevé un chaquetón de 90 euros que no se va a poner y que le queda precioso... Y me ofrece 20 euros. No los cogí, claro, no hubiera cogido nada porque me va muy bien así, digamos que es mi gesto más noble ocuparme de ella, pero no puedo menos de recalcar que ella hace conmigo lo que hicieron con ella, cuando estaba de criada gratis total con la abuela y la hermana de la abuela, y ellas suspiraban por los ausentes viéndola disfrutar con el chocolate cada mañana. Pensarían que esatban haciendo con ella una obra de caridad después de que se había matado a cocinarles y fregarles, lavarles la ropa y todo lo demás. No quiero ni pensar, yo cargada de hijos y de miserias como ella estaba, lo que les hubiera dicho. Seguramente nada, como ella, y tragarme la rabia y la humillación, para no ir de contestataria, que ya estaba bastante señalada como tal. Y por miedo a que le dijeran: Pues si no estás contenat, no vuelvas, algo era algo el chocolate y alguna miguita que pudiera llevarnos a nosotros. Eran otros tiempos, no se reclamaba a lso padres, ni a nadie.

No hay comentarios: