miércoles, 5 de agosto de 2015

West, Al otro lado del muro, situada en 1975





Westen: se supone que los iban a recibir con los brazos abiertos
La película West, del director alemán Christian Schwochow, narra una historia basada en hechos reales de lo que fue la reunificación alemana, es decir, antes de la caída del muro, cuando se supone que a los del Este los estaban esperando con los brazos abiertos en el Oeste, de ahí el título West. Una familia feliz formada por una pareja enamorada y su hijo de pocos años de repente ha de pasar al Oeste. Pero vemos que no toda la familia la que va a pasar sino solos la madre y el hijo, falta el padre. Han pasado dos años desde el fotograma anterior, la cara de la mujer refleja preocupación y angustia y el niño tiene que obedecer y callar sí o sí. No hay lugar para juegos ni bromas, todo está en juego. Qué ha pasado? De momento la fuga con un extraño se culmina con éxito, pero su destino, no bien traspasada la línea fronteriza, controles van y vienen, paranoia en el campo receptor,  es un campo de refugiados sin las mínimas comodidades que se suponen para el oeste y allí pronto descubrirá la mujer que si no encuentra un trabajo, no podrá salir de él y que en los interrogatorios le requieren toda la información posible sobre su marido, que no era marido sino pareja, para más claridad, y esto que allí no importaba, ahora y aquí sí importa y por eso lo subyaran. quieren hacer surgir en ella las sospechas sobre él, para que colabore. ¿Por qué ha pasado al Oeste? -Le diré por qué. porque estaba harta de estos interrogatorios en que parecen sospechar de todo saberlo todo para llenarlo todo de basura. Llegan a sugerirle que su marido que no lo era no está muerto como le han hecho creer sino que era un traidor que los utilizaba para camuflar sus fines y que es posible que siga vivo. o sea que le buscan en ambos lados y de ahí las sospechas sobre ella. Menos mal que al niño lo dejan al margen, pero los temores de ella son sobre todo por él. El ser físicos nucleares ella y él no ayuda a disipar dudas, pero ella es valiente y les espeta: No he cruzada para traerles información del otro lado.  Quien da vida a toda esta peripecia es la figura de la actriz Jördis Triebel interpretando a Nelly. En muchas ocasiones, los que crecimos en el mundo post-Guerra Fría no nos damos cuenta de lo que debió suponer la caída del Muro de Berlín para los ciudadanos de Berlín y, por extensión, para los de ambas Alemanias. Motivos ideológicos aparte, la idea de que un colectivo homogéneo de personas se vea disgregado por el deseo de cuatro grandes potencias ajenas a su propio país, parece más de ficción que de realidad. Aquellos que, por fortuna, no vivimos tal episodio histórico, tenemos al cine para contarnos lo que sucedió. Y una de las últimas películas que tratan este tema es West, dirigida por Christian Schwochow y cuyo guión ha adaptado su propia madre Heide a partir de la novela original de Julia Franck.
West comienza con un flash-back donde vemos a una pareja feliz con su hijo en la Alemania del Oeste. Un par de minutos después, la acción ya salta al tiempo real donde el hombre ha desaparecido y ha sido sustituido por otro al volante de un coche. Nelly y Alexej, madre e hijo, se meten en el coche con la intención de cruzar la frontera hacia la República Federal de Alemania, un territorio que les puede ayudar a cicatrizar heridas del pasado y que además, al menos en el plano teórico, les puede ofrecer las condiciones de vida propias de un sistema moderno (alias capitalista). No sin dificultades consiguen cruzar la frontera, pero… Lo que les espera al otro lado, donde se supone que son bienvenidos, dista de ser un mundo feliz. Nelly y su hijo son acogidos en un centro de refugiados cuya calidad de vida no es demasiado alta, por lo que su sueño tendrá que esperar al menos hasta que ella consiga un trabajo.
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West, del director alemán X es una película muy dura que trata de las mieles que aguardaban al otro lado dle muro a los que conseguían saltarlo. Se suponía que eran bienvenidos. No obstante la película también aporta escenas de hondo lirismo a cargo de personajes como el niño, el marginado por su siguales dentro de la casa de acogida donde todos sufren bajo la acusación de espionaje, y lo mejor de todo la actuación de actriz Jördis Triebel interpretando a Nelly. El planteamiento de la película la verdad es que supera el notable, por ambientación y porque utilizando no demasiados diálogos nos meten en la trama de una manera bastante efectiva. Sin embargo, conforme pasan los minutos el interés va decayendo y decayendo hasta que llegamos a un final que prácticamente ya casi nos produce un poco de indiferencia. En efecto, la cinta alcanza tantos altibajos que el ritmo de la misma impide enganchar al espectador. No es un problema tanto de guión, ya que más o menos la historia avanza por dónde debe (bastante previsible, eso sí), sino de montaje, alargando algunas escenas más de lo debido y cortando de sopetón otras que gozaban de más interés.
En medio de esta borrasca, destaca la figura de la actriz Jördis Triebel interpretando a Nelly. Inmenso trabajo el suyo, que dota de fuerza y vigor a un personaje que, si bien sobre el papel ya era bastante bueno, logra mejorarlo a través de tibias miradas y una voz que rompe de manera decisiva en ciertas escenas dramáticas. Ella tiene unos cuantos premios interpretativos, incluido el que este mismo año le otorgó la Academia de Cine Alemán por su papel aquí en West.
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Volviendo a la película, hay que reconocer que pervive la sensación de haber asistido a un impactante drama que llegó a ser un hecho real, las antiguas (?) cicatrices de un país que hoy está considerado como el mandamás de Europa, todo experimentado sobre la piel de la magnífica Triebel, convierten a West en una película recomendable como documento histórico y como drama. 

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