sábado, 24 de noviembre de 2012

La noche de San Lorenzo, Los Taviani en Madrid

Hermanos Taviani, La noche de San Lorenzo:
39 escalones me ayuda en la sinopsis, yo acabo de verla por última vez y no puedo resumirla: La noche de San Lorenzo, la noche del diez de agosto, dicen que todos los sueños se hacen realidad, basta con seguir el rastro de una estrella de Las Perseidas o lágrimas de San Lorenzo, escoger una y no perderla de vista. "Esa noche, mientras la suave brisa de la noche entra por una ventana abierta de la casa y la lluvia de estrellas surca radiante el cielo nocturno, una madre relata una vieja historia a su bebé dormido, un cuento de invasores alemanes y fascistas italianos justo antes de la “liberación” de 1944, cuando, contando la narradora con seis años de edad, en su pueblo natal la población se dividía en el cumplimiento estricto de las ordenanzas nazis bajo pena de muerte en caso contrario y el continuo intento de borrar de sus rostros y sus gestos la euforia apenas contenida por la llegada inminente de la libertad. Un grupo de los vecinos del pueblo se lanza a la campiña de Toscana en busca de las tropas liberadoras." Lo mejor son las historias pequeñas que se dan paralelas a la acción central, y que muestran caracteres muy bien definidos. Entre ellos, destaca el de Omero Antonutti, un padre de familia viudo que se pone al frente de los que huye. Sin gritar, todos le obedecen y respetan, es un hombre con epro específico, un verdadero líder, aunque no siempre consigue controlar los nervios del grupo, que estallan y ponen en riesgo la huida. "Esta gran obra de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani, pese a estar rodada en tono de fábula, de cuento de atmósfera casi onírica, no pasa por alto los horrores de la guerra, sus miserias, el sufrimiento que provoca, pero se concentra en el viaje del grupo protagonista, y utiliza éste como metáfora de la resistencia civil y pacífica al tiempo que se postula como el mejor método de combate para lograr objetivos políticos y sociales. En esta lucha es prioritaria la supervivencia diaria por encima de las estrategias, las balas, las operaciones y los objetivos militares. El único objetivo es comer, beber, vivir, dormir, ser feliz con las pequeñas cosas. Y de ahí ese aire de cuento que tiende a minimizar la importancia del momento histórico con escenas tragicómicas. Rodada como película coral, con múltiples y pintorescos personajes, la película posee imágenes poderosas que muestran la crudeza de la guerra, como el bombardeo de una catedral por los alemanes con el objeto de acabar con los fieles que en ella se ocultan, o los asesinatos por motivos políticos entre amigos, como símbolos de la dureza de la Segunda Guerra Mundial y la posguerra en Italia, pero también contiene momentos de homenaje a la normalidad, a la tranquila placidez de la vida cotidiana como único lugar donde lograr la ansiada felicidad: Es el triunfo del amor y de la concordia por encima de la guerra, que, no obstante, deja secuelas físicas, psicológicas y morales para siempre."

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