sábado, 1 de diciembre de 2012

Cine con Jerónimo en Caballero de Gracia

Ordet (La palabra), de Dreyer. Lugar: Oratorio de Caballero de Gracia

Yo pienso (y creo) que tuvo que haber un tiempo en que la palabra tuviera esta fuerza creadora capaz de hacer milagros. De poiesis, he ahí el significado, una fuerza capaz de cambiar la realidad y alterar el curso de las cosas tanto como para hacer volver a la vida lo que estaba muerto. En tiempos de los griegos debía ocurrir algo parecido con el Teatro, puesto que aunque la vieran todos los años, la catharsis estaba garantizada. A eso iban, a por la catharsis.
Hoy tenemos miedo a este poder y no lo ejercitamos pese a tenerlo ahí, pienso, por falta de fe. El fallo está en nosotros, que no nos creemos capaces de pedir con verdadera ansia, necesidad absoluta de qu ealgo ocurra. Sólo una persona ajena al mundo, alguien tipo Licenciado Vidriera con necesidad absoluta de decir la verdad, a costa de la porpia estima o incluso de la propia vida, podría hacer el milagro. Yo rezo por que mi madre recupere algo de vista, pero no me creo con ese poder, no me atrevo a pedirlo con esa convicción. Es conformismo, es falta de amor, es qué es, no me atrevo. Pero un verdadero poeta, un creador en el más puro sentido de la palabra, debería lograrlo, yo no me atrevo ni a intentarlo. Y cuando decimos: Señor, no soy digno de que entres en mi casa más di una sola palabra y mi alma será sana y salva, ni lo pensamos. Creo que fue Freud el pirmero en admitir que enfermamos por la palabra, y una palabra debería curarnos, ¿pero cuál, dicha por quién, de qué modo?

Ordet (La palabra)
***** (9,5)
Director: Carl Theodor Dreyer. Intérpretes: Henrik Malberg, Emil Hass Christensen, Cay Kristiansen, Preben Leerdorff-Rye, Birgitte Federspiel, Ejner Federspiel, Ann Elisabeth Rud, Henry Skjaer. Argumento: Kaj Munk (Obra de teatro). Guión: Carl Theodor Dreyer. Música: Poul Schierbeck. Fotografía: Henning Bendtsen. Género: Drama Año de producción: 1955. País: Dinamarca. Duración: 120 min.

1930, en una comunidad de Jutlandia, Dinamarca. El anciano Morten Borgen, padre de 3 hijos, trata de sacar adelante su granja. Uno de sus vástagos, Ander, está enamorado de una muchacha de una familia rival. Otro, Mikkel, espera que su mujer, Inger, dé a luz a su tercer hijo. El último, Johannes, es un estudiante de teología que de tanto estudiar e identificarse con la figura de Jesucristo es considerado un loco por sus vecinos. El parto de Inger se complica, y el doctor se muestra muy pesimista.

En La palabra (Ordet), el magistral cineasta danés Carl Theodor Dreyer (La pasión de Juana de Arco, Dies Irae, Gertrud) muestra su exquisito sentido de la puesta en escena y su afán por profundizar en la condición humana desde una perspectiva realista y abierta a la trascendencia. Se trata de una magistral adaptación de la obra teatral de Kaj Munk. A través de un complejo entramado de relaciones, Dreyer exalta la santidad cotidiana, critica el formalismo moralista de las iglesias oficiales luteranas —según él, alejado de la caridad y a menudo hipócrita— y propugna una fe inocente y sencilla, capaz de obligar a Dios a obrar verdaderos milagros. Un guión impresionante, de altísima altura dramática, moral y hasta teológica, facilita el lucimiento de los actores y del propio Dreyer, cuya cámara consigue numerosos momentos de una densidad visual apabullante. La película ganó el León de Oro en el Festival de Venecia 1955 y el Globo de Oro 1956 a la mejor película en lengua no inglesa. J. J. M.

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