viernes, 8 de agosto de 2014

Mil veces buenas noches, Golem, Juliette Binoche en Kabul, el 6 de agosto

Mil veces Buenas Noches

    Una gran historia muy limitada por el drama familiar, que es de lo más retro
En este filme Rebecca, en una notable actuación de Juliette Binoche, es una fotógrafa en zonas de guerra que hace muy bien su trabajo, un trabajo "necesario" para ella y para el mundo. Pero ha de elegir y su vuelta a casa lejos de ser una alegría es un drama a causa de su compromiso insoslayable con la realidad dura que dejó allá.

Sabiendo que su director conoce al dedillo lo que se cuece en este oficio, no es de extrañar que la película despida un realismo bastante grande en lo que se refiere al trabajo de la protagonista. Sin embargo, pronto descubrimos que la historia contiene ciertas dosis de eso que tan a menudo suele destruir a este tipo de películas: el azúcar.
Con todo, Mil veces Buenas Noches es una más que decente película que retrata fielmente una de las profesiones mejor vistas en la faz de la tierra pero que poca gente se atreve o tiene la oportunidad de ejercer. En este caso, pese a que el personaje de Rebecca sea alguien sacado puramente de la ficción, a buen seguro que muchos compañeros de profesión se sienten identificados con su papel, comenzando por el director que con certeza habrá introducido algún que otro pasaje autobiográfico. Lástima que la película decaiga dramáticamente durante su segunda mitad.

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