jueves, 27 de febrero de 2014

Apuntes Jovellanos, Fetén, Dindurra

P. Cadmio firma los cuadros del T Jovellanos dedicados a mayor honor y gloria de ídem. Fecha. 1941. Cuadros en lo que Jovellanos piensa a Gijón y a Asturias y ordena el territorio: Los pescadores por aquí, las manzanas por allá, los monjes a sus escritos y reglas, las mujeres y los niños bien guardadas por los hombres y el ejército. Luego vas por el Paseo Marítimo, y lees a Jovellanos: He plantado árboles en Campo Valdés (1792), he reforzado el dique (1804), todo eso que ahora se está llevando la marea, como si se ensañara aviesamente con la obra de Jovellanos. Pero yo quería decir otra cosa: Jovellanos habla siempre en primera persona, cosa que ahora ya no se puede, oiga. He tomado a mi cargo la conservación de la casa donde nací, y la sociedad de estudios asturianos que tantos sudores me ha costado levantar. Dice yo, me, y no "el equipo" o nos.
Si dijera "nos ha costado levantar", alguien le acusaría de hablar como el Papa, porque todo lo ha hecho él, otros dirían que muy bien porque piensa en equipo aunque lo haya hecho él solo. Por eso hace muy bien él al tirar por el camino de en medio y decir yo, me, porque él es quien lleva la carga de todo.  Y es justo y necesario que diga "yo".
Luego, en el teatro, veo un busto ignorado hasta ahora de Manuel Sánchez Dindurra, un prócer gran impulsor del desarrollo urbano de Gijón, que es a quien se debe la primera construcción del Jovellanos. Me asombro y me dicen que ardió y fue después al levantarse de nuevo, cuando se llamó Jovellanos.  El Café Dindurra, integrado en mismo edificio del Teatro, estaba este año cerrado, honda impresión, en busca de empresario, y Dindurra se sigue llamando la calle que lo bordea desde Begoña a la Plaza de san Miguel.   

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