martes, 31 de agosto de 2010

Submarino, de Thomas Winterberg (Celebración)

SUBMARINO: Una historia realista y determinista.

Aún no han acabado la escuela primaria, pero Nick y su hermano pequeño ya conocen la pobreza, los golpes y el alcohol. Aunque son chicos duros, se divierten con su nuevo hermano, nacido hace apenas unas semanas, e intentan paliar las deficiencias de una madre alcohólica, alimentando al bebé, cuidándole y dándole afecto. A pesar de ser de corta duración, ese destello de esperanza (y de culpa) les perseguirá durante toda su vida.
Es invierno, y Nick, ahora un hombre de treinta y pico años, vive en un lúgubre apartamento de protección oficial. Malhumorado, angustiado, le cuesta controlar su ira y abrirse a los demás. No consigue volver a conectar con su hermano pequeño.
Nick y su hermano siempre han intentado amar, olvidar y comprender. Por fin, los dos hermanos se reencontrarán y entenderán que no todo lo que pasa es culpa suya. Esto sólo se realizará en el hijo del hermano, si Nick no la caga de nuevo y consigue la tutela.


Mi opinión:
Aunque peque de determinismo (parece ser que una infancia defícil lleva a la marginación y al sentimiento de culpa y a la expiación) es una gran película que muestra cómo marcan las heridas de lso primeros años. Personajes sumamente atrayentes, sobre tod Nick, en cuya mirada no se ven cicatrices, no así su hermano cuya cara es un poema a la heroína. Se ve que la cerveza es mucho mejor que lo otro.
También es meritoria la radiografía social de Dinamarca, con sus casas de acogida, sus asistentes sociales, las gentes que no hacen nada por su vida porque saben que nunca se van a morir de hambre... Todo ese estado protector de bienestar que te garantiza lo mínimo, parece muy bien a primeras no puede ser nada terapeútico, no empuja a la gente a salir de sí mismos para ir al trabajo duro de horas, un cansancio que haga olvidar tanto problema y tanto trauma infantil o no y proporcione un sueño reparador y bien ganado. Es así como mucha gente ha suoerado traumas, por el trabajo, yo misma tuve una infancia dura y para colmo llena de culpas, todo lo hacía mal y eres igual que tu padre. Cuando he logrado mejorar de situación, resulta que no soy tan mala y hasta mi propia madre ha tenido que reconocerlo, se lo he podido probar a fuerza de buena suerte. Suena a chiste pero sólo cuando he tenido medios y tiempo libre, he podido ser una hija decente, es un lujo ser decente, a veces. Pero la mirada ensimismada y bellísima de Nick parace que no va a ser capaz de remontar ese estado de inercia, y da rabia, y desespera. ¡Levántate y anda! ¿Para qué si me lo dan todo hecho?

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