lunes, 19 de abril de 2010

Suso de Toro, Siete palabras

El libro de Suso de Toro es buenísimo. No por el título (Siete palabras) que lo mismo podían ser siete que veintisieta mil, no, nada de siete palabras en ese afán por emular las de V-I. el de Divinas palabras, y a La Biblia: el título parece un truco para encandilar lo que no necesita nada de eso, pues es una búsqueda auténtica de sus orígenes, de la vida perra de sus antepasados ahora que la muerte de su padre inminente le va a poner de nuevo ante todas las preguntas. También su propia parálisis facial, qué putada y qué verdades: sientes que otro te mira desde el espejo, coño!
En un estilo sencillo, desnudo, pero preciso y limpio, auténtico, el que yo creía un pseudoprogre en zapatillonas, te lleva por tierras de Zamora, cuando eran tan pobres que había que emigrar, y vas con él a Cuba donde indaga sobre los posibles parientes que pudieron quedar. Os quiso, no os abandonó, es lo mejor que ha podido encontrar, si no volvió fue porque no pudo, culmina refiriéndose al que una vez tb él había sido abandonado en un hospicio. Nada ocurre por casualidad y se puede recuperar todo lo perdido, también a los muertos.

No hay comentarios: