sábado, 20 de junio de 2009

Anthony Burgess: Poderes terrenales,

Y La naranja mecánica. A este tío, lajubilación anticipada, por herida de guerra no sé (1959 colapso en Malasia tengo anotado, o tal vez funcionario, como a fotógrafo de Praga en blanco y negro que tengo aquí comentado, le sirvió para crear su obra. No sé si es en poderes terrenales donde sale aquello de la espada de Arturo mezclado con las guerras del siglo XX, la civil española con el prota que viene aquí... Una novela grande, alucinada, que me impresionó y no consigo acordarme de si era ésta y de éste.
Encuentro un papel en la papelera del Ateneo que pone esto con una letra de hormiga, apretada: Me siento cansada, como sin circulación en las piernas. No puedo estudiar porque no quiero, porque además tengo algo de miedo pero muy poco o nulo. No sé qué decir, tan sólo que creo que estoy muy cansada. Se trata sin duda de una persona joven, que estudia en la Biblioteca del Ateneo, habría que decirle que bailando se le pasaría lod e las piernas, tal vez lo otro también, aunque para eso tb hace falta tiempo y ganas y no sé si haría caso. Cuando pienso los privilegisdos que vamos a palace, que lo somos y mucho. Ayer descubrí a un santo como sólo puede haberlos en culturas antiguas, países en desarrollo donde las creencias se sobreponen a las vivemcias, a los deseos. Yo podría encontrar seres así en el N de África en alguna kashba, y en Europa en lugares apartados dentro de las ciudades, guetos casi... El remendón de la Cava Alta que ocuopa medio metro escaso en un portal por el que apenas se puede entrar para enfilar la escalera, un portal de viviendas, me tenía guardada una sorpresa más: Trabaja bien y cuando entras en el portal, ya se percibe el olor fuerte, mareante, de los materiales y ungüentos dle remendón, asfixiante dentro del chiscón de madera con un cierre metálico por cuya portezuela superior asoma él la cabeza. El chiscón estaba cerrado y yo había perdido la cartera, tal vez al pagarle su trabajo la había sacado y... No era seguro porque el habíapagado sólo con el monedero, pero.. la desesperación abre puertas y ventanas y cierra todo lo demás... Allá le caiogo, son las 3, ya han pasdo dos horas ny es improbable que esté sea donde sea, no son horas y se habrá ido a comer. El portal está abierto y toco con los nudillos. Nada. Calor y olor insoportables hasta para mí que amo el calor, el sol atiza de plano el portal y la escalera. Golpeo de nuevo la madera del chiscón y algo rebulle: Dejen descansar: EStá dentro! Cociéndose, no hay otra. Perdone, he perdido la cartera. Se abre la ventanilla por donde asoma su cabeza mientras trabaja y sigue sentado en la misma posición al descansar... Qué suerte has tenid, en dos horas no pasó nadie y la vi, dándomela. Le quiero compensar, repartir con él lo que hay, íntegro y exacto, qu eno es mucho epro la alegría inmensa, increíble, pesadilla resuelta: Me para el gesto tapándose los ojos con los brazos. Un santo en Madrid en medio del barullo más enloquecedor y más litronero, de coches oficiales que van a los rest de moda y de máquinas que perforan. Cuánta sorpresa Madrid. En medio de todo eso, este hombre se ha mantenido intacto, como intacta es la pasión por su trabajo humilde en su minúsculo chiscón. A él no le hacen daño las inhalaciones que a otros marean, y el vértico que pasa a su lado no el roza.
Se ha desplazado la venta de cerevzas para la litrona en la calle, de los chinos que proveen desde sus establecimientos a los paquistanies que proveen ambulantes en enormes mochilas y bolsas de El Corte Inglés, pasando por la mujer del carrito. La ambulancia al empezó una mujer de carrito de la compra, ofrecer cerveza a los que consumen a cualquiera se le ocurre, ella se atrevió. Éstos paquisatnís, y alguna china cuarentona con menos éxito, son mucho más agresivos en el sentido de que ofrecen y ofrecen y vuelven a ofrecer sin reparar, quién los pone, quién los controla, van por turnos las etnias vendedoras? Tb son paquistanís los que venden flores y baratijas ambulantes como luciérnagas de adorno, antes eran chinas, ¿la poli controla esto, tiene algún orden? Todo transcurre a la vista de todos y si hay algún sentido oculto, ellos lo sabrán. A la hora acordada, la poli llega y hace dejar todo, empiezan los barrenderos su faena pero ellos siguen pasando y repasando con los refrescos de repuesto sin miedo ninguno a nada, como si fueran invisibles.
Hace poco me contaron, un sabio del Ateneo, que la droga había pasado de los moros a los negros merced a la estrategia policial y política: las peleas entre marroquís son a muerte, las escandaleras, mayores. Decidieron pasárselo a lso negros, más pacíficos, alguien tiene que ocuparse, eso es inevitable.

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