miércoles, 14 de febrero de 2018

La muerte de Stalin: el poder omnímodo y siniestro que luego eran "unos bufones de lo más tierno"

El lunes 5 de marzo se cumplen 65 años de la muerte de Josef Stalin, hecho en el que se inspira La muerte de Stalin, la nueva película de Armando Iannucci (In the loop, Veep) que llega a los cines españoles el próximo viernes 9 de marzo.

Una divertidísima sátira sobre los días previos al funeral del padre de la nación soviética. La muerte de Stalin está basada en hechos reales y cuenta con un casting de lujo con nombres como Steve Buscemi (Reservoir Dogs, Fargo), Olga Kurylenko (Quantum of Solace, Un día perfecto) o el “Monty Python” Michael Palin, entre otros.  
 
Menuda broma toda la cúpula. Stalin era un bufón con un ego y unas paranoias que le hacía ver enemigos en el pensamiento de sus colaboradores, porque "si no lo ha hecho, lo hará". Lo malo es que bromas así marcaban miserablemente la vida de la gente. Que se lo digan a Maia Pliseskaia, que le mataron al padre siendo niña por traidor y luego pidieron disculpas porque había sido un error.
Lo bueno de esta bufonada es que por fin le ponemos cara a mitos consagrados como Molotov o Krushev... Una bufonada que deja helado con algo de gusto pro la necrofilia, como debían de ser los personajes reales. A ver quién se atrevía a enterrarlo y que luego estuviera vivo. ¡O a decir que estaba muerto!.
 

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