miércoles, 13 de diciembre de 2017

“GOYA Y BUÑUEL. LOS SUEÑOS DE LA RAZÓN”, en el L'azaro galdiano


“GOYA Y BUÑUEL. LOS SUEÑOS DE LA RAZÓN”,
UN HOMENAJE A DOS GRANDES DE LA CULTURA

·       El Gobierno de Aragón y Fundación Ibercaja han organizado conjuntamente la exposición, que se inaugura hoy en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid donde permanecerá hasta el 4 de marzo

·       La muestra reúne una cuidada selección de obras originales de ambos creadores aragoneses, que alcanzaron cotas excepcionales de creatividad en sus respectivas producciones pictóricas y cinematográficas

MADRID.- El Gobierno de Aragón y Fundación Ibercaja, en colaboración con Fundación Goya en Aragón y Centro Buñuel Calanda, han organizado la exposición “Goya y Buñuel. Los sueños de la razón”, que se inaugura hoy en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid donde permanecerá hasta el 4 de marzo de 2018. La muestra, comisariada por Amparo Martínez y José Ignacio Calvo, pone de manifiesto el enorme potencial creador de los dos aragoneses y analiza el espíritu crítico y curioso que les permitió explorar las posibilidades del arte para cuestionar la realidad de sus propios contextos históricos.

En la muestra se establecen convergencias entre los dos genios: aragoneses, sordos y afrancesados. Ambos compartieron un audaz interés por la naturaleza humana, ambos fueron creadores magistrales de atmósferas innovadoras y tenaces luchadores a la hora de encontrar los medios de expresión con los que identificarse y ambos viajaron no solo al interior de sus mentes sino también al exterior geográfico.

Sin embargo, las diferentes mentalidades, épocas, culturas y motores creativos que sitúan a Francisco de Goya y a Luis Buñuel en posiciones muy distantes. Goya, hijo de las postrimerías del Antiguo Régimen y ávido observador del mundo que le rodeaba, desarrolló en su madurez un espíritu crítico y una visión subjetiva de ese mundo, lo que lo sitúa en los cimientos del pensamiento moderno. Buñuel forjó su personalidad intelectual en el clima de libertad y vitalismo de la época de las vanguardias históricas, para adentrarse igualmente en posturas críticas y de fuerte componente subjetivo. Los dos asumieron el reto de mirar con valentía a su interior. 

La exposición no pretende emparejarlos bajo el supuesto de que ambos persiguieran objetivos comunes, pero sí resulta factible confrontarlos a través de categorías de nivel más abstracto, como se puede observar en las diferentes secciones en las que se ha estructurado la muestra: el afán de explorar el mundo y aprender de él, el sentimiento de incomodidad ante lo defectuoso, la libertad creativa y su derivación hacia la subversión y, finalmente, la mirada desinhibida hacia el interior. A ello se añade un
cierto número de evocaciones o citas concretas que Buñuel quiso hacer de Goya, que quedan más en el terreno de lo anecdótico que de la influencia efectiva.

La muestra se compone de pinturas y grabados de Goya, fotogramas y secuencias en pantalla de películas de Buñuel, documentos y libros que proceden de colecciones públicas y privadas como Museo de Zaragoza, Museo Goya-Colección Ibercaja-Museo Camón Aznar, Museo del Prado, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Museo Lázaro Galdiano o Filmoteca Española entre otros. Todo ello apoyado con textos y rotulaciones que vertebran los contenidos de acuerdo a los propósitos de la muestra. Acompañando la exposición se presentará, además, la edición de una publicación con ensayos de destacados especialistas en la obra de Goya y Buñuel.

“Goya y Buñuel. Los sueños de la razón” es un gran proyecto expositivo con un programa de itinerancias que comenzará en Zaragoza y está previsto continuar en ciudades de Estados Unidos y Sudamérica. Todo ello con el objetivo de dar a conocer el universo de dos grandes creadores cuyo influjo fue más allá de nuestras fronteras.

Goya y Buñuel. Los sueños de la razón

Amparo Martínez Herranz y José Ignacio Calvo Ruata, comisarios de la exposición, explican  que  tanto Goya como Buñuel coincidieron en subrayar a través de sus obras las extraordinarias posibilidades que esconde la imaginación humana ejercida en libertad. Esta es la premisa de la que parte la exposición Goya-Buñuel. Los sueños de la razón, en la que, siendo conscientes de la distancia que los separa, debe reconocerse que compartieron principios creativos y posiciones vitales comunes.

Los comisarios destacan que uno de los grandes méritos de Goya es hablar de la condición humana desde una dimensión intemporal. Explora su naturaleza y la muestra desnuda, bien mediante imágenes verosímiles o bien a través de aparentes desvaríos fantásticos. No le interesan los sistemas abstractos de pensamiento o las ideologías que supuestamente harán al hombre más feliz, sino las personas en sí mismas, con toda su imperfecta naturaleza. Su obra en el fondo es un clamor por la dignidad humana. Cuestiona todo un sistema tradicional de valores, el del Antiguo Régimen, y aun el de la Ilustración que apreciaba al individuo pero subordinándolo a un orden preestablecido. Comprende que las cosas sólo pueden conocerse a través de la subjetividad, y aspira, en consecuencia, a presentar el mundo como lo ve, no como se supone que objetivamente es.

Sobre Buñuel, educado en el periodo de entreguerras y al calor de las vanguardias, subrayan que encontró en el cine el medio con el que expresarse como artista, el soporte que le permitía asomarse al interior del individuo y explorar sus luces y sus sombras. Hizo de las películas poemas visuales en los que habló de las pulsiones del instinto y del deseo como fuerzas liberadoras capaces de poner en cuestión el orden establecido, político, eclesial o social. Consiguió, gracias a su punzante espíritu crítico, acompañado frecuentemente de gestos de ironía, evitar ser complaciente y al mismo tiempo obligar al espectador a reflexionar sacándolo de sus espacios de confort.

Según Martínez Herranz y Calvo Ruata, Goya y Buñuel indagaron con valentía en el interior del ser humano sabiendo que lo que iban a encontrar no era siempre gratificante. En sus trayectorias es posible identificar posicionamientos comunes: fueron artistas curiosos, interesados por aprender y renovarse constantemente; compartieron una actitud crítica, frecuentemente incómoda; fueron grandes amantes de la libertad pero sabían que solo en el territorio de la imaginación podía gozarse de ella en plenitud y convertirla en un instrumento de subversión.

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