martes, 2 de agosto de 2016

Sunset Song, de Terence Davies: una película para ver eb modo relax y tono bestial

Dirigida por Terence Davies, autor también del guión, la película Sunset Song -larga y genial- se inspira en la novela de Lewis Grassic Gibbon está impregnada de una melancolía lírica y del lamento silencioso del misterio de la vida y en ella vio TD una historia que merece ser contada y logra trazar con ella una epopeya de la vida del campo, con sus enormes sufrimientos y  sus escasos gozos, intimista y a la vez abrumadora, llena de fuerza visual.
Ambientada en los albores de la Gran Guerra, transmite ese plus de violencia que deja pequeñas todas las demás tragedias.
Sinopsis:  Sunset Song es un relato épico y a la vez intimista, con el que Terence Davies nos cuenta la fuerza de una joven mujer contra las adversidades de la vida rural en Escocia, basándose en la novela homónima del escritor Lewis Grassic Gibbon. La película, ambientada en los primeros años del siglo XX, se centra en los conflictos y las elecciones de vida de una joven heroína, Chris, que lucha entre la tradición y el cambio; una lucha que sigue siendo actual. Sunset Song es a la vez épica en una escala emocional y profundamente romántica en su corazón, resultado del valiente realismo poético de Terence Davies.
En Sunset Song, la joven Chris canta “Song of The Earth” a la humanidad, una rapsodia dedicada a todos nosotros trazando así el eterno ciclo del nacimiento, el matrimonio y la muerte. Es una canción que explora los interminables misterios de la tierra, del hogar y del mayor misterio de todos, la familia. Pues la familia encierra los mayores miedos y alegrías.
La canción es tuya y mía, así como de todo aquel que sienta y que haya sufrido o sido feliz. Es una canción que se escucha con serenidad y valentía frente a la muerte. O frente a la vida.
¿Cómo vencer al tiempo o someter a la naturaleza? Es imposible. Solo podemos seguir adelante.
Al final de esta gran obra, el tiempo y la tierra perduran más allá de la guerra, más allá del sufrimiento humano e, incluso, más allá de su propia existencia.

Narrada con indudables acentos bíblicos que van desde la música a las espectaculares imágenes de éxodos y retornos, de sufrimientos indescriptibles y de alegrías inefables, Sunset song  es una película terrible y preciosa, demoledora y devastadora para ser vista en modo relax, con calma, la misma actitud relajada que la protagonista Chris mantiene, aún en los momentos más críticos, a lo largo de su historia, . Ella es así y su temple no se altera pase lo que pase, y lo que pasa es muy fuerte.  Sólo en contadas ocasiones se rebela y hace muy bien, pero de una manera tan atinada y certera que sin duda se debe a que ella siempre mantiene la calma, ahorra su ira para usarla en momentos precisos y certeros sin alterarse ni despeinarse, qué envidia da ese carácter.
Un modo relax que no es de dormir, no te duermes sino que estás atento porque no se sabe nunca por dónde te puede venir. Y el denominador común de lo que te puede venir es siempre la brutalidad a la que ella sabe sobreponerse y de la que ella sale airosa.
Por eso y esto es un gran acierto de Terence D como director- la escena de la paliza en la cuadra del padre al hijo por algo que a nosotros nos puede parecer una nimiedad marca el tono de toda la película y deja muy bien sentado quién manda aquí, así como la creencia de que si a un hijo no se le endereza, otros lo harán.
Desgraciadamente el veneno, la brutalidad innata o heredada, justificada siempre en la película (tal es la gravedad de lo que se juega cada cual al ejercerla), parece que es inevitable en esta historia de amor y que el que no la saca antes (el padre), la saca después (el marido), de manera que a la luz de éste, el padre queda casi como un héroe íntegro. Con guión y dirección de Terence Davies, sus protagonistas son  Agyness Deyn como Chris Guthrie, Peter Mullan en el papel de John Guthrie y Ewan Tavendale en el papel de Kevin Guthrie

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