domingo, 27 de septiembre de 2015

Windermere y los 3 enviados del Averno

Salgo de ver Windermere Club, una desnaturalización de la obra de Wilde El abanico de Lady Windermere que consiste en aplicarles a los habitantes de un Club caribeño en Miami las frases geniales del que tanto sufrió en Reding, particularmente a un caribeño llamado Darling. Gracioso pero insustancial, desnaturalizado, lo mejor el gracejo de una tal Katy que se cree yankee y habla como tal, y la salsa, cuando olvidan sus disputas y se lanzan a bailar. Y en la historia late La fuerza de la sangre, segunda parte de La señora Cornelia, de Cervantes, que también late. Late, late, late chocolate.
Le sobra un buen trozo  al final. Pero la sorpresa me esperaba al subir las escaleras que llevan al paso hacia Recoletos, el semáforo endiablado que nunca se sabe cuándo se puede. Allí estaban, esperando a la multitud e incorporándose a la misma, los 3 del Averno empeñados desde hace más de 20 años, los que llevo yo en La Latina, que es su territorio, en no dejar cartera ni bolso sano.
Acostumbrada a verlos trajinar la acera de La Latina, me quedo de piedra al verlos allí. ¿Cómo es que han llegado hasta aquí?, me asombré, como si yo pudiera hacerlo y ellos no. Son expertos en salidas de teatro y ya se pegan dos a dos charlatanas con bolso, mientras esperan a cruzar ya las han registrado y cuando sueltan el bolso, ellas lo recuperan del aire y lo vuelven a poner en bandolera. Mientras tanto, la que da órdenes de los 3 los cubre haciendo que habla por teléfono.
Lo comento con alguien que camina solo a mi lado. ¿Quiénes son, quiénes son?  Terrible dilema: si los señalo, me juego el tipo pues la que cubre al teléfono tiene ojo circular como las moscas. Ya una noche en el Calle Toledo me tuve que refugiar en Cantalejo perseguida por delatora. Nada que hacer, cuando las dos víctimas se den cuenta será mañana y ya ellos van Recoletos abajo por la acera oscura y apretada buscando víctimas.

Me avergüenza que la policía no hay podido disuadirlos en 30 años que llevo yo viéndolos actuar. eran 4, 3 mujeres y un chaval, ahora son 3, el chico es el mismo mientras que las mujeres han cambiado todas menos la que da órdenes, son inconfundibles, una mirada negra que a veces hasta sonríe buscando víctimas inocentes.

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