martes, 20 de marzo de 2012

El origen del planeta de los simios (Fox)

El origen del planeta de los simios según Jerónimo San Martín: Rise of the Planet of the Apes


Director: Rupert Wyatt. Interpretación: James Franco, Freida Pinto, Brian Cox, Tom Felton, Andy Serkis, John Lithgow, David Hewlett. Guion: Rcik Jaffa, Amanda Silver y Jamie Moss; inspirado en la novela de Pierre Boulle. USA. 2011. Ciencia-ficción. 104 min.

Las modas en Hollywood son sagradas, porque si son modas, es que dan dinero. Cuando dejan de ser rentables, pasa la moda. Ahora están en auge las precuelas, secuelas, capítulos olvidados, spin-offs..., todo aquello que permite explotar una fama consolidada y que por tanto puede arrastrar a varias generaciones a las salas. En 1968 la Fox estrenó El planeta de los simios, de Franklin J. Schaffner según la novela de Pierre Boulle, con tal éxito que luego tuvimos que sufrir numerosas secuelas (Regreso al planeta de los simios, 1970; Huida del planeta de los simios, 1971; La rebelión de los simios, 1972 o La conquista del planeta de los simios, 1973). Por tanto, toda esa generación nacida en los sesenta, e incluso algo antes y algo después, siempre acogerá —al menos con curiosidad— cualquier película que emplee las modernísimas técnicas digitales para revisitar esas inquietantes aventuras de la infancia.

Tras el relativo fracaso del film de Tim Burton de 2001, en el que el singular director trató de hacer una lectura personal de la novela de Boulle, llega diez años después y de manos de la Fox, una precuela que quiere contarnos cómo empezó todo, precisamente ahora, en los tiempos que nos ha tocado vivir. Y todo empezó con la lucha contra el Alzheimer, según los guionistas Rick Jaffa y Amanda Silver, ¡que afirman inspirarse también en la novela de Boulle! Will es un científico que está probando con simios un virus que parece reactivar las células cerebrales. Cuando llega el momento de probar con seres humanos, la empresa farmacéutica se echa para atrás y el proyecto queda frustrado. Pero Will va a seguir clandestinamente sus pruebas, tanto con humanos —su padre— como con simios —su mascota César—, y el resultado parece ser un éxito.

La película tiene dos aciertos, dentro de las convenciones de una producción con vocación prioritariamente comercial. El primero es haber conseguido un diseño de los simios que, sin dejar de serlo, tienen una impronta de humanidad sutil pero elocuente. Sobre todo César, el simio protagonista, que sin dejar de ser un chimpancé, es capaz de expresar sentimientos como decepción, odio, arrepentimiento, dolor... El otro mérito del film es que sólo dedica la parte final a la exhibición de efectos digitales en escenas de acción y espectáculo. A mí me gustó muchísimo esta película, ya lo dije en su día, ahora la repone Jerónimo en el Oratorio.

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