viernes, 25 de marzo de 2011

Mademoiselle Chambon

Las dos me han gustado muchísimo cada una a su manera, las dos francesas, las dos con charme a rebosar. Catherine Deneuve me ha empezado a cer bien en Potiche, hace de mujer floerero después de décadas de considerarla como tal, no me imaginaba yo tamañas dosis de cachondeo en alguien tan estirado y sólo con un entrecerrar de ojos. Una naturalidad encantadora y una agilidad que no le hace perder el encanto ni la sonrisa nunca. La Chambon con Vincent Lindon hacen la pareja dispareja y pr tanto que más morbo ofrece: músico profe, ella: educación libresca, amante de la pintura, todo lo que el arte aporta a la vida y que más la puede alejar de lo fisiológico, lo representa ella con su casi inmaterialidad física; él albañil dotado de gracia, se tiene o no se tiene, sucumbe a su embrujo. La atmósfera recuerda la de la pintura holandesa del XVII (Vermeer de Delft) y por extensión la nórdica (de ahí la importancia de la ventana, la luz del membrillo materializada en tantos tonos), los caracteres muy bien creados y el tempo de la acción muy bien medido (días de contención en que no pasa nada, parece que todo va a quedar en nada, y de repente se desata todo lo que estaba agazapado queriendo salis). Pero sobre todo la luz, tanto de exteriores como de interior, maravillosa. Los franceses saben hacer estas cosas.

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