El recuerdo de la felicidad como único sustituto de la misma. El pasado de una vida que desaparece y la desorientación del presente ante el futuro. A estación violenta esculpe en los silencios y los cuerpos de sus protagonistas un relato de añoranza y profunda melancolía.
Ramón Rey, Revista V.O.S.
La directora filma encuentros fantasmales o bellas escenas con música (gran selección de rock gallego) con una lucidez dolorosa, abrigando a los protagonistas y consciente a la vez de la naturaleza irreversible de su situación.
David Obarrio, programador de BAFICI
Es en el espacio que se extiende entre la piel de Manoel, David y Claudia en donde ‘A estación violenta’ se despliega como un ejercicio de cine físico, a lo que ayuda la decisión de rodar en celuloide, dotando a la imagen de un grano casi tangible, y la importancia de la música en directo, que de paso pone de manifiesto la vibrante y también joven escena de la música alternativa gallega.
David González, Cineuropa
Una de esas sorpresas que deja el “otro” cine español de vez en cuando, pues la joven cineasta Anxos Fazáns se destapaba uno de los indispensables debuts del año.
Cine Maldito
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